Sobre los artículos publicados en Periodistas por la Verdad

A lo largo de los últimos años, nuestro canal ha trabajado incansablemente para divulgar información veraz y objetiva sobre el COVID-19 y la denominada “pandemia”. Esta tarea no ha sido sencilla, ya que nos hemos enfrentado a múltiples desafíos, como la censura y la predominancia de un discurso único en el ámbito científico y mediático. Cualquier persona que se atreviera a cuestionar el relato oficial era rápidamente etiquetada como “negacionista”. Parecía que solo existía una verdad absoluta, aquella dictada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y respaldada por los políticos que gestionaban la crisis sanitaria. Mientras tanto, los medios de comunicación tradicionales nos bombardeaban constantemente con mensajes alarmantes sobre un supuesto virus extremadamente peligroso, generando un estado de histeria colectiva que caló profundamente en la sociedad. Aquí estábamos nosotros, junto unos pocos valientes, haciendo una labor de la que difícilmente estábamos preparados, pero poniendo toda nuestra mejor voluntad en ello.

En este contexto, se hizo evidente la necesidad de una visión razonada, fundamentada en hechos comprobables y, sobre todo, crítica frente a la verdad establecida que nos intentaban imponer. Fue ahí cuando nosotros, junto a un reducido grupo de valientes, asumimos el compromiso de ofrecer una perspectiva diferente. Era una labor para la cual quizás no estábamos completamente preparados, pero a la que nos dedicamos con toda nuestra mejor voluntad, conscientes de su importancia.

Nuestra página se convirtió en un altavoz para quienes percibían inconsistencias en la narrativa oficial. A medida que surgían dudas sobre la naturaleza del COVID-19 y las medidas implementadas, Isabel Blasco y un grupo de colaboradores decidimos iniciar este proyecto. Lo hicimos desde la humildad, con el propósito de realizar una labor divulgativa gratuita, sin ataduras a intereses políticos, económicos o personales. Esta iniciativa no nació necesariamente por elección, sino como una forma de resistencia en momentos en los que nos encontrábamos confinados en nuestras casas de manera inconstitucional. Frente a un sistema que parecía invulnerable, nuestra única herramienta era la información.

Desde entonces, hemos recopilado una extensa base de datos que abarca temas como biología, virología, pruebas PCR, el uso de mascarillas, confinamientos, protocolos hospitalarios y, en etapas posteriores, las vacunas, sus posibles efectos secundarios y el exceso de mortalidad registrado. Consciente de la complejidad de estos temas, consideramos esencial realizar algunas aclaraciones. Somos plenamente conscientes de que la ciencia no es determinista; jamás se puede asegurar un hecho al 100%. Aquellos que lo afirmen probablemente estén incurriendo en una simplificación engañosa. Por ello, defendemos que el debate científico debe permanecer abierto a una diversidad de puntos de vista.

Nuestro objetivo nunca ha sido asumir el rol de portadores de una “verdad absoluta”. Tampoco queremos cometer los mismos errores que a menudo señalan los Fact-Checkers, quienes, al tratar de refutar ciertas afirmaciones, a veces caen en posturas dogmáticas. En cambio, creemos firmemente en la necesidad de promover un diálogo crítico y constructivo. Parte de la documentación publicada en nuestra web proviene de autores externos a Periodistas por la Verdad, quienes son responsables de sus propias declaraciones. Las opiniones y puntos de vista expresados en esos artículos son exclusivamente de sus autores y no reflejan necesariamente la postura de nuestro equipo. Nuestra misión principal es servir como plataforma para difundir estas perspectivas, ofreciendo al lector herramientas útiles para informarse y reflexionar.

Es importante subrayar que, aunque trabajamos con el mayor rigor posible, no pretendemos afirmar que todo nuestro contenido sea absolutamente cierto. Tal como hemos reiterado, en la ciencia no existen verdades inmutables. Por eso, invitamos a nuestros lectores a adoptar una postura crítica hacia la información que proporcionamos y a utilizarla como base para formarse una opinión propia. Nuestro propósito es abrir el debate y facilitar un espacio para la discusión científica.

Hacemos un llamado especial a la comunidad científica, en particular a médicos, biólogos y otros expertos, para que investiguen a fondo lo sucedido durante la declaración de pandemia y los sucesivos estados de alarma. También animamos a los usuarios de nuestra plataforma a enviarnos sus comentarios, sugerencias y matizaciones sobre los artículos publicados. Estamos convencidos de que el diálogo abierto y libre de censura es esencial para avanzar en la comprensión de esta crisis global.

A pesar de los numerosos obstáculos, incluyendo la censura que aún persiste, no perdemos la esperanza de llevar este mensaje al mayor número de personas posible. Más importante aún, buscamos ofrecerles un espacio donde puedan expresarse, debatir y construir conocimiento de manera independiente, ajena a cualquier conflicto de intereses. Porque, al final, creemos que la verdad no se impone; se descubre a través del intercambio de ideas y la búsqueda conjunta de respuestas.

En nuestra página web podrá encontrar una amplia variedad de información relacionada con biología y virología, temas que hemos abordado con el objetivo de fomentar un debate científico constructivo. Entre los aspectos destacados de este espacio se encuentra la discusión en torno al aislamiento de los virus, una cuestión que ha generado controversia dentro de la comunidad científica. Para desarrollar este debate, hemos basado gran parte de nuestro contenido en el trabajo realizado por Biólogos por la Verdad, un grupo al que consideramos cercano y con el que compartimos el compromiso de aportar perspectivas fundamentadas.

Reconocemos que los temas tratados, especialmente en el ámbito de la biología, son complejos y suscitan un amplio rango de opiniones. No obstante, esta complejidad no hace más que añadir interés y profundidad al estudio de estas cuestiones. Entre los debates más polémicos y relevantes se encuentra el relacionado con el aislamiento adecuado del SARS-CoV-2. Este punto ha sido objeto de numerosas investigaciones y análisis, y consideramos esencial abordarlo desde una perspectiva crítica y reflexiva.

Por ello, animamos a nuestros lectores a explorar los artículos publicados en nuestra web sobre este y otros temas relacionados. Nuestra intención no es solo proporcionar información, sino también invitar a cada persona a cuestionar, reflexionar y formarse su propia opinión fundamentada. Creemos firmemente que el conocimiento se construye a través del intercambio de ideas y el análisis crítico, y nuestro objetivo es ser un puente que facilite este proceso.

Uno de los temas abordados en nuestra plataforma ha sido el de los confinamientos y la supuesta efectividad de estas medidas para limitar la propagación del denominado SARS-CoV-2. A lo largo de este tiempo, hemos recopilado una gran cantidad de estudios científicos que ponen en duda la eficacia de los confinamientos como herramienta para controlar la transmisión del virus. Esto nos lleva a plantear una pregunta fundamental: si los confinamientos no eran efectivos para frenar la propagación, y aceptando por un momento la existencia del SARS-CoV-2 (algo que no damos por sentado), ¿por qué se nos obligó a permanecer encerrados en nuestras casas? Además, tal como quedó demostrado posteriormente, estas medidas contravenían los principios recogidos en la Constitución Española.

Las repercusiones de estas decisiones fueron profundas y devastadoras. Miles de personas se vieron forzadas a cerrar sus negocios, perdiendo no solo su sustento de vida sino también años de esfuerzo y dedicación. Los efectos negativos no se limitaron al ámbito económico, sino que también afectaron de manera significativa la salud física y mental de los ciudadanos. Particularmente alarmantes fueron los impactos en los niños: estudios han evidenciado que las medidas adoptadas durante el confinamiento contribuyeron a generar daños cognitivos en los más pequeños, comprometiendo su desarrollo y bienestar a largo plazo.

Desde nuestra plataforma, denunciamos que se destruyó el sustento de innumerables familias y se pusieron en riesgo derechos fundamentales sin que se llevara a cabo un debate público, abierto y democrático sobre los pros y los contras de los confinamientos. Consideramos que hubo tiempo suficiente para promover esta discusión antes de implementar medidas tan drásticas, y que las decisiones debieron tomarse con una visión más amplia, teniendo en cuenta las consecuencias económicas, sociales y sanitarias que estas políticas conllevarían.

Mientras la mayoría de las personas seguían las directrices establecidas, incluso aplaudiendo desde sus balcones en señal de apoyo, un reducido grupo de ciudadanos decidió cuestionar la narrativa oficial y emprender una labor de investigación independiente. Fue una decisión difícil pero necesaria, guiada por la convicción de que, en momentos de crisis, es imprescindible examinar con rigor y espíritu crítico las decisiones que afectan a toda la sociedad.

En nuestra plataforma encontrará diversos estudios científicos relacionados con el uso de mascarillas, un tema que ha sido objeto de considerable debate. En primer lugar, estos estudios cuestionan su efectividad como medida para prevenir la propagación del denominado SARS-CoV-2. Si bien las mascarillas se promovieron ampliamente como una herramienta clave para reducir la transmisión, las investigaciones recopiladas apuntan a que su eficacia no es tan contundente como se afirmaba inicialmente. En segundo lugar, también hemos abordado los posibles efectos adversos asociados a su uso prolongado, incluyendo problemas como hipoxia (baja concentración de oxígeno en sangre) e hipercapnia (acumulación excesiva de dióxido de carbono), que podrían afectar la salud de sus usuarios, especialmente en contextos de uso intensivo.

Curiosamente, este es quizás uno de los temas en los que nuestra perspectiva ha ido ganando más aceptación entre la opinión pública. En el último año, cada vez más medios de comunicación generalistas han comenzado a recoger posturas similares a las que desde el principio planteábamos en nuestra página. A pesar de este cambio de enfoque, no podemos olvidar los momentos iniciales, cuando plataformas como Maldita.es y Newtral calificaban de “bulo” la información que ofrecíamos sobre este tema. Estas etiquetas no solo intentaron desacreditar nuestro trabajo, sino que también contribuyeron a la confusión y polarización del debate público.

Hoy en día, aunque nuestra visión cuenta con mayor respaldo, seguimos promoviendo un enfoque basado en la evidencia científica y el análisis crítico. Creemos que, más allá de las etiquetas y las controversias, es fundamental que cada individuo tenga acceso a información rigurosa y contrastada, que le permita formarse una opinión independiente sobre cuestiones de tanta relevancia como esta.

En los últimos años, hemos sido testigos de un alarmante aumento en el exceso de mortalidad, un fenómeno que merece atención y un análisis riguroso. Por ejemplo, en la Unión Europea, el exceso de mortalidad alcanzó un preocupante +16 % en julio de 2022, en comparación con el +7 % registrado en los meses de junio y mayo del mismo año. Este incremento representó el valor más alto registrado hasta ese momento en 2022, equivalente a aproximadamente 53.000 muertes adicionales en julio, en comparación con los promedios mensuales de 2016-2019. Estas cifras reflejan una realidad inquietante que demanda respuestas claras y fundamentadas.

En nuestra plataforma hemos recopilado y publicado diversos estudios que exploran posibles factores asociados a este incremento, incluyendo la hipótesis de que las vacunas contra la COVID-19 podrían estar contribuyendo al exceso de mortalidad. Sin embargo, queremos enfatizar la importancia de la prudencia al interpretar los datos incluidos en estos estudios, especialmente aquellos basados en métodos matemáticos y modelos predictivos. Como medio periodístico dedicado a la difusión de información, nuestra función es ofrecer una plataforma para el acceso y el debate de esta información, pero no podemos asumir responsabilidad por los resultados o las conclusiones de dichos estudios, ya que la validación de estas investigaciones excede nuestras capacidades técnicas y científicas.

Consideramos que este aumento en la mortalidad es probablemente el resultado de una combinación de múltiples factores. Entre ellos, podríamos incluir el impacto del desmantelamiento progresivo de los sistemas sanitarios, los efectos a largo plazo de los confinamientos y, en base a los efectos adversos observados en algunas personas vacunadas contra la COVID-19, tampoco podemos descartar que las vacunas hayan contribuido, al menos parcialmente, a este fenómeno. Esta es una cuestión compleja que requiere una investigación exhaustiva y transparente.

Desafortunadamente, los medios oficiales y los gobiernos, en la mayoría de los casos, han optado por ignorar estas preocupaciones y, en algunos casos, incluso se han negado a investigar el aumento del exceso de mortalidad de manera rigurosa. Esto deja un vacío en la comprensión de un tema crucial, que afecta no solo a la salud pública, sino también a la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de protegerla.

Nuestra intención al abordar este asunto es proporcionar un espacio para el análisis crítico y el debate informado. Animamos a los lectores, así como a la comunidad científica, a profundizar en esta cuestión con seriedad y objetividad, buscando las respuestas que las instituciones oficiales parecen eludir. Solo mediante un enfoque abierto y colaborativo podremos comprender plenamente las causas de este exceso de mortalidad y, lo más importante, trabajar hacia soluciones que protejan la vida y la salud de todos.

Desde nuestra plataforma denunciamos que las estadísticas sobre infecciones y muertes relacionadas con la COVID-19 han sido deliberadamente manipuladas al alza, creando la impresión de una pandemia mucho más peligrosa de lo que los datos podrían reflejar en realidad. Consideramos que se han exagerado las cifras con el objetivo de alimentar un clima de miedo e incertidumbre. En nuestra web podrán encontrar diversos artículos que analizan esta presunta manipulación de datos, tanto en la contabilización de infecciones como en las cifras de fallecidos atribuidos al virus.

En lo que respecta al número de muertes supuestamente causadas por la COVID-19, sostenemos que estas cifras podrían haber sido infladas mediante prácticas estadísticas cuestionables. Por ejemplo, según las cifras oficiales publicadas el 26 de enero de 2023, se atribuyen aproximadamente 6.8 millones de fallecimientos a nivel mundial al virus desde el inicio de la pandemia. No obstante, para contextualizar esta cifra, es importante compararla con otras causas de mortalidad global.

Cada año, aproximadamente 2.5 millones de personas fallecen en el mundo a causa de la neumonía, incluidas 800.000 muertes de niños. Si tomamos esta cifra y la multiplicamos por los tres años que han transcurrido desde el inicio de la pandemia, el total asciende a 7.5 millones de muertes por neumonía, lo cual supera en 0.7 millones las cifras atribuidas a la COVID-19 en el mismo período.

Por otra parte, enfermedades relacionadas con el tabaquismo provocan la muerte de 8 millones de personas anualmente, lo que significa que en un solo año, estas muertes superan por 1.2 millones las registradas oficialmente por la COVID-19 en todo el mundo durante los tres años de pandemia. Estas comparaciones resaltan una importante desproporción en la forma en que se han tratado los datos de mortalidad y en la narrativa construida en torno a la COVID-19.

Nuestro objetivo al presentar estos análisis no es minimizar las tragedias individuales ni restar importancia a los desafíos de salud pública que plantea cualquier enfermedad. Sin embargo, creemos firmemente que es esencial abordar estos temas con rigor y transparencia, evitando caer en alarmismos que puedan distorsionar la percepción de riesgo real.

Instamos a nuestros lectores a reflexionar sobre estas cifras y a plantearse preguntas críticas acerca de cómo se han gestionado y comunicado los datos oficiales. Al fomentar un debate informado y abierto, esperamos contribuir a una comprensión más equilibrada y matizada de los verdaderos impactos de la pandemia, así como de las decisiones políticas y sociales que se han tomado basándose en estas estadísticas.

Los protocolos hospitalarios implementados durante la pandemia han sido un tema central en nuestra investigación, y uno de los más controvertidos por las consecuencias humanas que implicaron. A lo largo de nuestro trabajo hemos sostenido que cerca de 30.000 ancianos fallecidos en residencias geriátricas españolas durante la llamada “primera ola” de la pandemia no murieron a causa directa del virus SARS-CoV-2, sino como resultado de lo que hemos denominado los protocolos de la vergüenza o muerte. Estas directrices, en muchos casos, consistían en la administración de medicamentos contraindicados para personas que padecían insuficiencia respiratoria, agravando la situación de los pacientes que presentaban precisamente este tipo de afecciones.

Otro factor determinante que hemos analizado es la incidencia de infecciones bacterianas secundarias no tratadas, como la neumonía, que desempeñaron un papel clave en la mortalidad de los pacientes etiquetados como casos de COVID-19. La falta de atención adecuada para resolver estas infecciones contribuyó significativamente al elevado número de fallecimientos, un aspecto que a menudo ha sido eclipsado por el relato oficial centrado exclusivamente en el virus.

Particularmente alarmante fue la desatención médica en los geriátricos. Según los datos disponibles, entre marzo y abril de 2020, un total de 9.468 personas que residían en centros para mayores en la Comunidad de Madrid fallecieron. De ellas, 7.291 murieron sin recibir atención hospitalaria, un hecho que sus familiares han venido denunciando durante años. Estas cifras no solo reflejan un fracaso del sistema sanitario en garantizar el cuidado de los más vulnerables, sino que también levantan serias dudas sobre las decisiones políticas y administrativas que llevaron a la implementación de estos protocolos.

Creemos que la gravedad de estas decisiones no puede ser ignorada ni justificada bajo la excusa de la presión sanitaria que se vivió durante esos meses. Los ancianos, que son una de las poblaciones más vulnerables, debieron haber sido tratados con la mayor prioridad y dignidad. En cambio, la falta de hospitalización, junto con las directrices inadecuadas y la atención insuficiente, configuraron un escenario que muchos consideran negligente y, en algunos casos, inhumano.

Desde nuestra plataforma, exigimos que se investiguen a fondo las decisiones y los protocolos que se aplicaron durante ese período. Además, hacemos un llamamiento para que se dé voz a las familias afectadas, cuyas denuncias han sido silenciadas o ignoradas en demasiadas ocasiones. Es fundamental que se depuren responsabilidades y que se adopten medidas para garantizar que situaciones similares no vuelvan a repetirse, asegurando que todos los ciudadanos, independientemente de su edad o condición, reciban una atención médica adecuada y respetuosa.

Este tema no solo invita a reflexionar sobre la gestión sanitaria de la pandemia, sino también sobre los valores éticos y sociales que rigen nuestras políticas de salud. La vida de los mayores no puede ni debe ser tratada como un recurso desechable en tiempos de crisis, y nuestro deber como sociedad es trabajar para que se haga justicia por estas vidas que, tristemente, se perdieron en condiciones tan cuestionables.

El tema de las pruebas PCR ha sido objeto de un análisis exhaustivo en nuestra plataforma, y hemos dedicado numerosos artículos a esclarecer sus limitaciones y controversias. Una de las primeras investigaciones significativas que abordamos fue la revisión del informe Corman-Drosten, un documento fundamental que sirvió como base para el desarrollo del test PCR aplicado en el diagnóstico de COVID-19. En esta revisión se identificaron diez fallas científicas importantes, tanto a nivel molecular como metodológico, que cuestionan la validez y la fiabilidad del test como herramienta diagnóstica.

Posteriormente, exploramos en detalle diversos aspectos técnicos de estas pruebas, como el número de ciclos de amplificación utilizados para detectar la presencia de material genético viral. Este punto es particularmente crucial, ya que un número elevado de ciclos puede aumentar significativamente el riesgo de obtener resultados falsos positivos. En Alemania, por ejemplo, se llegaron a realizar hasta 550 pruebas diferentes, sin que existiera un organismo centralizado que regulase o otorgase licencias específicas para estas pruebas médicas. Esto implica que, en principio, cualquier laboratorio o empresa podía lanzar su prueba al mercado sin que los usuarios supieran exactamente qué se estaba midiendo, cuál era su precisión o si los datos se registraban adecuadamente.

Estas deficiencias no son menores, ya que los resultados de las pruebas PCR se convirtieron en la base de decisiones de gran envergadura, como los confinamientos, las cifras oficiales de fallecidos, el uso obligatorio de mascarillas y otras medidas coercitivas. Por eso, hemos puesto especial atención en este tema: si la validez de las pruebas PCR se cuestiona o se derrumba, se cae también el fundamento sobre el cual se sustentaron muchas de las políticas implementadas durante la pandemia.

La ausencia de estándares claros en el uso y la interpretación de las pruebas PCR no solo pone en duda la precisión de los datos estadísticos reportados, sino también la legitimidad de las medidas que se justificaron a partir de ellos. En este contexto, creemos que es fundamental abrir un debate público y científico sobre la calidad y la fiabilidad de estas pruebas. Esto no solo permitiría esclarecer los posibles errores cometidos, sino también evitar que se repitan en el futuro.

Desde nuestra plataforma, animamos a los lectores a consultar los artículos que hemos publicado sobre este tema y a reflexionar críticamente sobre el impacto que las pruebas PCR han tenido en sus vidas y en la sociedad en general. Además, hacemos un llamamiento a los expertos y organismos de salud para que revisen y corrijan cualquier deficiencia técnica o metodológica asociada a estas pruebas, asegurando que las decisiones futuras se basen en datos verdaderamente fiables y verificables.

Nuestro compromiso es seguir investigando y proporcionando información accesible sobre este tema, con el objetivo de contribuir a un análisis más riguroso y a una comprensión más completa de los métodos diagnósticos utilizados durante la pandemia. Es imprescindible que aprendamos de los errores del pasado para construir un enfoque sanitario más sólido, transparente y ético de cara al futuro.

Los efectos secundarios de las vacunas COVID-19 han sido un tema ampliamente debatido en nuestra plataforma. A lo largo de nuestros artículos y publicaciones, hemos recopilado una variedad de estudios científicos revisados por pares y artículos de opinión de diversos autores, los cuales aportan diferentes perspectivas sobre las reacciones adversas relacionadas con estas vacunas. Es importante señalar que, según nuestra investigación, muchos de estos efectos secundarios están siendo infravalorados por parte de la comunidad científica, y en algunos casos incluso ignorados o deliberadamente ocultados. Esto genera una falta de transparencia que creemos es fundamental abordar, especialmente cuando se trata de un tema tan sensible y de tanta relevancia para la salud pública.

Desde nuestra plataforma, insistimos en la necesidad de una mayor investigación en este campo, ya que aún quedan muchas incógnitas por resolver en relación con los posibles efectos a corto, medio y largo plazo de las vacunas. Por esta razón, consideramos que el debate científico debe seguir abierto a todo tipo de opiniones, enfoques y análisis, sin que haya espacio para la censura o la desinformación. Nuestro compromiso es proporcionar un espacio para que todas las voces sean escuchadas y puedan aportar al conocimiento colectivo.

Es fundamental que nuestros lectores valoricen con cautela la información contenida en nuestra web, entendiendo que no presentamos la verdad absoluta, sino que ofrecemos una variedad de fuentes y enfoques para fomentar el pensamiento crítico y la reflexión. Creemos que es responsabilidad de cada persona formarse su propia opinión, basándose en la información disponible, y para ello proporcionamos herramientas que facilitan el acceso a fuentes científicas de calidad.

En este sentido, hemos incluido en nuestra web varias bases de datos en las que los usuarios pueden buscar fácilmente estudios científicos sobre los efectos adversos de las vacunas COVID-19, ordenados por temáticas específicas. Estas bases de datos están diseñadas para ofrecer un acceso rápido y directo a la información relevante, permitiendo a nuestros lectores explorar con mayor profundidad los estudios sobre reacciones adversas, efectos a largo plazo, comparativas entre diferentes vacunas, y otros aspectos cruciales.

Nuestro objetivo es empoderar a los lectores para que puedan tomar decisiones informadas, basadas en un análisis exhaustivo y en evidencia científica, contribuyendo así a un debate abierto, riguroso y libre de presiones externas. A medida que se acumulen más datos y estudios sobre los efectos secundarios de las vacunas, seguiremos actualizando nuestra plataforma para asegurar que la información proporcionada sea lo

En cuanto a la efectividad de las vacunas COVID-19, hemos abordado diversos estudios y conferencias que aportan información relevante y crítica sobre su rendimiento. Un ejemplo importante es la conferencia de Juan Erviti, donde se expone que los vacunados presentaban una reducción en la probabilidad de infección del 0,75%, lo que, en términos relativos, representa una disminución del 27%, cifra que, si bien es positiva, sigue siendo bastante baja en comparación con las expectativas que se generaron en torno a la vacuna. En términos de mortalidad, el estudio indica que los no vacunados murieron en un 0,005%, mientras que los vacunados lo hicieron en un 0,002%. Si se compara una cifra con otra, se obtiene una eficacia del 72% en la reducción de la mortalidad. Sin embargo, esta cifra, cuando se desglosa, pone en perspectiva los resultados: si la reducción en la probabilidad de muerte es de solo 0,005%, el impacto real de la vacuna sobre la mortalidad parece ser mucho menor de lo que se suele afirmar en los discursos oficiales. Esto subraya la importancia de poner los datos en contexto y de no dejarse llevar por afirmaciones absolutas sin considerar las cifras en su totalidad.

Otro análisis relevante es el estudio de Cleveland, que halló un efecto protector modesto de la vacuna bivalente contra el COVID-19, pero solo mientras las cepas que circulaban en ese momento estaban representadas en la vacuna. Sin embargo, la protección fue menor cuando las cepas circulantes no estaban cubiertas por la vacuna. Lo más revelador de este estudio fue que no se encontró un efecto protector significativo cuando los linajes XBB eran dominantes. El hallazgo inesperado de un riesgo creciente con un número cada vez mayor de dosis previas de la vacuna COVID-19.

Aparte de estos estudios sobre la vacunación, también hemos investigado la inmunidad natural frente al COVID-19. Por ejemplo, un estudio realizado en Estonia analizó los datos de salud de casi 400.000 personas y descubrió que el sistema inmunológico natural parecía proteger de manera más eficaz contra la infección y la hospitalización, especialmente frente a algunas variantes del virus.

Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todos los usuarios que nos han brindado su apoyo a lo largo de este tiempo en nuestras plataformas. Sin su compromiso y confianza, nuestra labor no sería posible. Además, queremos aprovechar esta oportunidad para pedir disculpas en caso de que alguna información publicada en nuestra página no haya sido completamente fidedigna o haya causado alguna confusión. Nuestra intención siempre ha sido proporcionar información lo más precisa y actualizada posible, pero entendemos que, debido a la complejidad de los temas que abordamos, en ocasiones pueden surgir errores o malentendidos.

Es por eso que queremos recordarles que nuestro canal está abierto para recibir sus opiniones y comentarios. Si en algún momento consideran que la información presentada necesita ser corregida o matizada, les invitamos a que nos contacten a través de nuestro correo electrónico. Apreciamos profundamente las contribuciones y las perspectivas de nuestros lectores, ya que creemos que el debate y la retroalimentación constante son esenciales para el crecimiento y la mejora continua de nuestra plataforma.

Es importante que tengan en cuenta que los temas que tratamos son altamente complejos y a menudo están sujetos a interpretación y controversia. Además, nos enfrentamos a la limitación de recursos y medios con los que contamos para llevar a cabo nuestra labor, lo que en ocasiones puede afectar nuestra capacidad para profundizar en ciertos aspectos o verificar toda la información de manera exhaustiva. Sin embargo, estamos comprometidos con ofrecer contenido que despierte el pensamiento crítico y fomente un espacio de discusión abierta.

Nuestra labor es totalmente altruista, y está basada en el esfuerzo y la dedicación de voluntarios que, movidos por un profundo sentido de responsabilidad y compromiso, ponen su tiempo y conocimiento al servicio de esta causa. No recibimos financiación externa ni estamos vinculados a ningún interés económico o político. Nuestra única motivación es el deseo de proporcionar información útil, imparcial y reflexiva para nuestra comunidad.

Agradecemos nuevamente su apoyo y comprensión, y les reiteramos nuestro compromiso de seguir trabajando con la misma dedicación para ofrecerles contenido de calidad, siempre en un ambiente de respeto y apertura al diálogo.

Si algún Fact-Checker o persona crítica con nuestro trabajo llega a leer estas palabras, queremos dejar muy claro que no nos consideramos negacionistas ni difusores de bulos, como algunos han intentado etiquetarnos en diversas ocasiones. Nuestra posición consiste en buscar la verdad científica detrás de los acontecimientos que nos han afectado durante esta pandemia. Nos dedicamos a examinar los datos y los hechos desde un enfoque crítico y basado en el método científico, ya que creemos que solo de esta manera se puede obtener una comprensión completa y precisa de los hechos.

Es fundamental resaltar que nuestra intención no es poner en peligro la salud pública, como algunos han intentado señalar erróneamente, especialmente en alineación con las opiniones difundidas por organismos como la OMS. Por el contrario, somos defensores de la salud pública, y nuestro propósito es garantizar que todas las medidas tomadas durante la pandemia estén fundamentadas en evidencias sólidas y verificables, no en supuestos o narrativas impuestas sin un análisis adecuado.

Consideramos que es solo a través de la confrontación de diferentes hipótesis y el análisis abierto de diversos puntos de vista que podemos llegar a formarnos una opinión razonada. En un contexto científico, no existe una única verdad absoluta, y solo cuestionando y evaluando diferentes perspectivas es posible acercarse a una comprensión más justa y equilibrada de la realidad. Por ello, animamos siempre a nuestros lectores y a todos los involucrados en el debate público a mantener una mente abierta y a participar activamente en la búsqueda de información que nos ayude a entender mejor lo que ha sucedido.

Nuestro compromiso es con el diálogo informado y la libertad de pensamiento, aspectos esenciales para el avance de la ciencia y la toma de decisiones responsables, especialmente en cuestiones tan trascendentales como la salud de la población.

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Además, la Carta otorga un rol esencial a los grupos organizados de ciudadanos, quienes desempeñan un papel fundamental en el apoyo y la defensa activa de los derechos de los pacientes. Estos grupos no solo tienen la responsabilidad de ofrecer respaldo a los individuos, sino que también contribuyen a la protección y promoción de los derechos humanos en el ámbito de la salud, asegurando que las personas puedan ejercer sus derechos de manera plena y efectiva.

De esta manera, nuestra web se adhiere a estos principios, reconociendo la importancia de garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a información veraz, actualizada y relevante sobre los temas que afectan a su salud. Nuestro objetivo es fomentar un espacio en el que las personas puedan involucrarse activamente en la protección de sus propios derechos, participando en un debate público que no solo sea libre y abierto, sino también responsable y respetuoso con los principios fundamentales de la dignidad humana.

Para concluir, queremos hacer una reflexión sobre el significado de nuestro logo, el cual incluye una frase que creemos esencial para el enfoque que defendemos: “no creas todo lo que piensas”. Esta frase tiene un propósito profundo: invitarlos a cuestionar las ideas preestablecidas y a desarrollar una mentalidad crítica ante la información que se nos presenta, tanto en los medios de comunicación como en la sociedad en general. Ahora, les animamos a dar un paso más y pensar por ustedes mismos, de manera crítica y razonada, sin dejarse influir por las presiones externas ni por las ideas dominantes.

Les instamos a cuestionarse la realidad que les rodea, a no aceptar las narrativas sin analizar las evidencias y a ser valientes en su búsqueda de la verdad, aunque esta a veces se desvíe de la opinión predominante o del consenso general. Sabemos que vivir en una sociedad donde las voces oficiales son las que suelen prevalecer puede generar miedo o dudas, pero les aseguramos que el pensamiento libre y crítico es fundamental para avanzar y comprender los aspectos más complejos de nuestra realidad. No teman desafiar lo establecido, ya que solo así es posible fomentar una sociedad más informada, justa y libre.

Además, queremos subrayar que no pretendemos tener la verdad absoluta sobre ningún tema. Nosotros no somos infalibles, y, aunque trabajamos con la mejor intención y dedicación, entendemos que la verdad es compleja y se construye a través de la constante confrontación de ideas. Les animamos a explorar información alternativa a la que ofrecemos en nuestra web, ya que consideramos que el conocimiento se enriquece cuando se analizan diferentes perspectivas y se plantean diversas hipótesis. Este enfoque abierto es lo que creemos que puede conducirnos, eventualmente, a una comprensión más completa y precisa de la realidad.

Por tanto, les hacemos un llamado a la reflexión y al diálogo, a buscar siempre más allá de lo evidente y a mantener una actitud abierta para que, tarde o temprano, la verdad salga a la luz. El cuestionamiento constante y la exploración de nuevas ideas son claves para descubrir los matices y las complejidades de los temas que realmente importan.