ABSTRACTO
Los resultados falsos negativos en las pruebas de COVID-19 son bien reconocidos y discutidos con frecuencia. Los resultados falsos positivos, aunque son menos comunes y discutidos con menos frecuencia, todavía tienen varias implicaciones adversas, incluida la posible exposición de una persona no infectada al virus en un área de la cohorte. Aunque los resultados falsos positivos son proporcionalmente mayores en entornos de baja prevalencia, las consecuencias son significativas en todo momento y potencialmente de mayor importancia en entornos de alta prevalencia. Evaluamos los resultados de COVID-19 en un área durante un período de baja prevalencia. Se discuten las consecuencias de estos resultados y se consideran las implicaciones para estos resultados tanto en entornos de prevalencia alta como baja. También brindamos recomendaciones para minimizar el riesgo y el impacto de resultados falsos positivos.
RESULTADOS
31 hisopos de garganta dieron positivo para SARS-CoV-2 mediante RT-PCR: n=15 mediante Seegene, n=15 mediante Cepheid y n=1 mediante Luminex.
12 de estos pacientes eran sintomáticos, mientras que los 19 restantes incluían cinco pacientes evaluados antes de la operación, cinco residentes de hogares de ancianos, tres en la lista de espera de trasplantes, cuatro evaluados antes del alta, uno evaluado antes del parto y un trabajador clave de un hogar de ancianos.
Nuestros resultados muestran que 26/31 fueron positivos a un nivel bajo (Ct>35) en un solo gen, lo que se considera un probable resultado falso positivo. Sin embargo, cinco fueron positivos en más de un gen: tres fueron positivos en dos genes (Cepheid n=2, Seegene n=1), y dos fueron positivos en tres genes (Seegene), que se consideran probablemente resultados positivos verdaderos
Conclusión
Los resultados falsos positivos tienen el potencial de causar daño tanto en entornos de alta como de baja prevalencia. Es necesario considerar la prevalencia y el riesgo de daño al decidir las estrategias de prueba. Creemos que las estrategias de prueba deben ser más ágiles y las decisiones sobre la detección de diversas poblaciones deben ser flexibles y responder a la prevalencia cambiante en la comunidad o el entorno que se está investigando. Los exámenes de detección rutinarios a gran escala tienen el potencial de causar el mayor daño a este respecto y este riesgo debe sopesarse con el beneficio que brindará en cualquier entorno determinado. Las pruebas de detección a gran escala en un momento de baja prevalencia tienen el potencial de hacer más daño que bien y algunas estrategias de detección a gran escala deberían suspenderse temporalmente cuando la prevalencia es muy baja. Es probable que estas estrategias sean más beneficiosas para interrumpir la transmisión durante períodos de alta prevalencia y proponemos que se restablezcan cuando la prevalencia en la comunidad o en entornos particulares justifiquen dicho enfoque.
También se requiere una interpretación cuidadosa de los resultados de laboratorio en todo momento, particularmente en el contexto de la detección de individuos asintomáticos y la agrupación de pacientes positivos. Los resultados positivos de bajo nivel en un solo gen deben interpretarse con precaución según el contexto clínico. El valor Ct también puede proporcionar información útil al evaluar los resultados y los médicos deben familiarizarse con la interpretación de estos resultados. Los resultados también deben transmitirse detallando el número de genes positivos y el valor Ct, no simplemente de forma binaria (positiva o negativa).