Hijos de Sion

Una investigación documentada sobre el Sionismo, la Masonería y el Nuevo Orden Mundial

El Holomodor

El Holodomor, también conocido como Genocidio ucraniano u Holocausto ucraniano, es el nombre atribuido a la hambruna que devastó el territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania, Kubán, Ucrania Amarilla y otras regiones de la URSS, en el contexto de la colectivización de la tierra emprendida por la URSS, durante los años de 1932-1933, en la cual habrían muerto de hambre entre 7 y 12 millones de personas.

El Holodomor habría sido un acto intencional de exterminio desatado por el poder central soviético encabezado por Iósif Stalin, y en particular, contra la nacionalidad ucraniana.

Con el fin de aplastar toda resistencia contra el régimen y ampliar el control sobre los campesinos, las autoridades soviéticas tomaron decisiones y medidas para generar una hambruna generalizada y artificial. Un estudio de 30 resoluciones del Comité Central Ejecutivo del Partido Comunista Bolchevique, y del Comité del Consejo Soviético de la República Socialista Soviética de Ucrania así como de la URSS, publicadas entre 1929 y 1933, describen y analizan las condiciones para el total aniquilamiento físico de la población rural de Ucrania, ya que, según antecedentes, existía suficiente comida en Ucrania para alimentar dos veces a su población.

Holomodor (Genocidio en Ucrania)


Comunismo, una creación sionista.

La Revolución de Octubre (1917) abolió las leyes que consideraban a los Judíos como un pueblo fuera de la ley. Mientras que los bolcheviques se oponían a la religión, el cristianismo, así como el judaísmo, ​la postura oficial del gobierno soviético en 1934 era oponerse al antisemitismo “en cualquier lugar en el mundo” y demandó expresar “sentimientos fraternales para el pueblo judío”, elogiando las contribuciones judías hacia el socialismo internacional.

Varios miembros prominentes de las instituciones del gobierno soviético y del Partido Comunista (como León Trotski, Yákov Sverdlov, Lev Kámenev y Grigori Zinóviev, entre otros) tenían orígenes judíos. Buena parte de los altos mandos del ejército ruso era declaradamente judíos.

En 1918, el Yevséktsiya se creó para promover el marxismo, el laicismo y la asimilación judía en la sociedad soviética. El Consejo de Comisarios del Pueblo adoptó en 1918 un decreto condenando todo antisemitismo y pidiendo a los obreros y campesinos combatirlo.

Analizando los orígenes y raíces del comunismo nos encontraremos a la élite sionista en los principales puesto de mando de la creación y nacimiento del comunismo en la Unión Soviética.

Comunismo, una creación Sionista


El diario de Ana Frank y la Lista de Schindler

Entre 1956 y 1958 se celebró un pleito por algunos derechos de autor de la obra “El diario de Ana Frank” que enfrentó al conocido escritor judío norteamericano Meyer Levin y a Otto Frank.

Meyer Levin ganó el juicio y Otto Frank fue condenado a abonar una indemnización de 50.000 dólares por “fraude, violación de contrato y uso ilícito de ideas”. Todo lo referente al caso Levin-Frank está archivado en la Oficina del Condado de Nueva York (N. Y. Country Clerk’s Office) con el número 2241-1956  y también en el New York Supplement II, Serie 170, y 5 II Serie 181.

Con esta sentencia, el juez -judío- dicta que al menos partes de la autoría del Diario corresponden a Meyer Levin. En concreto, el delito de “fraude” que aparece en la sentencia contra Otto Frank se origina por “implantar” dentro del diario, los diálogos tal cual fueron proporcionados por el escritor Levin, como si fueran obra de la difunta hija Ana Frank.

En 1960 se encarga a la famosa grafóloga y perito calígrafo Minna Becker un estudio pericial, en el que determina que todo el texto, incluidas las anotaciones, fueron hechas por una misma persona.

A partir de aquí, las cosas se empiezan a complicar. En un estudio posterior realizado veinte años después, donde se analizaron las tintas y el papel utilizado en el diario, se descubrió que algunas de las anotaciones fueron realizadas con tinta de bolígrafo -inventado en 1949 y cuya aparición en el mercado data como temprano de 1951- algo imposible al haber fallecido Anne Frank de tifus en 1945.

Las leyes europeas prevén que una obra pasa a formar parte del patrimonio público 70 años después de la muerte de su autor. Anna Frank murió en 1945, así que su diario iba a pasar a liberarse el 1 de enero de 2016. Pero la fundación suiza que gestiona los derechos del libro (y cobra por ello) ideó una treta legal para impedirlo. De esta forma, a partir de 2016, Otto Frank, padre de Ana, paso a ser co-autor del diario de Ana Frank. Por lo que finalmente la  Fundación Ana Frank reconoció que el padre de Ana fue el autor de la novela. 

Sobre la  obra cinematográfica de referencia “La Lista de Schindler” está basada en una novela de ficción histórica llamada “El arca de Schindler”.

Oskar Schindler fue un personaje real pero los guiones de la novela y la película pertenecen a la ficción. La realidad es que, Schindler, era un empresario  que empleaba a unos 1750 trabajadores, de los cuales unos mil eran judíos. Su gran hazaña  fue convencer al Hauptsturmführer —capitán— de las SS  Amon Göth para que le permitiera trasladar su factoría a Brünnlitz, junto con sus 1200 de sus empleados judíos. La motivación principal de Schindler era mantener su empresa y a sus empleados para seguir generando ingresos.

El diario de Ana Frank y la Lista de Schindler


Genocidio en Alemania (Fin de la 2 Guerra Mundial)

El 19 de mayo de 1940, Churchill le comunicó a Roosevelt que la opinión de los peritos estaba dividida en cuanto a que los bombardeos contra la población civil (“estratégicos”) produjeran por sí solos el colapso de Alemania, pero que “convendría hacer tal experimento”. Ese año, la  aviación inglesa arrojó 5.000 toneladas de bombas sobre poblaciones civiles alemanas. En 1943 lanzó 180.000 toneladas de bombas. Roosevelt secundó el terrorismo con mayores fuerzas. El 4 de julio de 1943, la aviación aliada concentró sobre Colonia uno de sus más poderosos ataques terroristas.

Del 24 de de julio al 3 de agosto de 1943 hubo cuatro bombardeos nocturnos y tres diurnos contra Hamburgo. Se arrojaron 80.000 bombas explosivas, 80.000 incendiarias y 3.000 latas de fósforo para avivar los incendios, cuyo resplandor era visible a 200 kilómetros de distancia. 250.000 viviendas fueron arrasadas, Hamburgo quedó arrasada, y un millón de personas se quedaron sin hogar.

Barrios residenciales enteros desaparecieron de la noche a la mañana; los hospitales se atestaban de heridos; los servicios de alumbrado y aguas se interrumpían y la ciudad quedó transitoriamente muerta. La carga de explosivos en esos ataques fue equivalente al poder destructivo de la bomba atómica arrojada sobre Hiroshima. Esto fue repitiéndose, en mayor o menor escala, con otras muchas ciudades alemanas. El “experimento” de Churchill y Roosevelt, para ver si mediante esas matanzas de civiles se desplomaba Alemania, se mantuvo en su apogeo durante todo 1943, pero la moral del pueblo resistió la terrible prueba.

Tras la ocupación soviética, se estima que el número de mujeres alemanas violadas (incluyendo a niñas, ancianas, monjas y discapacitadas) alcanzó los 2 millones. En decenas de miles de casos, se trató de violaciones seguidas de muerte, por asesinato. Estas aberraciones cometidas contra las mujeres alemanas fueron tan perversas, humillantes y brutales, que muchas de ellas intentaron matar a sus propias hijas para evitarles el mal trance. Asimismo, gran parte de las víctimas intentaron cortarse las venas.

Genocidio en Alemania (Fin de la 2 Guerra Mundial)

Hijos de Sion

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