
Puntos destacados
- Los niveles de IgG4 e IgG2 aumentan notablemente tras la tercera dosis de ARNm contra el SARS-CoV-2.
- Los niveles elevados de IgG4 tras la vacunación de refuerzo se asocian con un mayor riesgo de infecciones.
- El aumento de la proporción de anticuerpos no citofílicos a citofílicos se correlaciona con una menor funcionalidad.
Resumen
Objetivos
La vacunación repetida con ARNm de la COVID-19 aumenta los anticuerpos IgG4 contra el SARS-CoV-2, lo que indica un cambio significativo en la clase de IgG tras la primera dosis de refuerzo. Este cambio en las subclases de IgG genera preocupación debido a la limitada capacidad de la IgG4 para mediar las funciones efectoras dependientes de Fc.
Métodos
Para evaluar el impacto de la inducción de IgG4 en la inmunidad protectora, analizamos longitudinalmente las subclases de IgG contra el SARS-CoV-2, las respuestas C1q y FcγR, y la actividad neutralizante en una cohorte bien caracterizada de profesionales sanitarios en España.
Resultados
Los niveles elevados de IgG4 y las proporciones más altas de anticuerpos no citofílicos/citofílicos tras la vacunación de refuerzo se asociaron significativamente con un mayor riesgo de infecciones irruptivas (HR de IgG4 [aumento de 10 veces] = 1,8; IC del 95 % = 1,2-2,7; HR de la proporción de anticuerpos no citofílicos/citofílicos [aumento de 10 veces] = 1,5; IC del 95 % = 1,1-1,9). Además, una mayor proporción de anticuerpos no citofílicos/citofílicos se correlacionó con una menor funcionalidad, incluida la neutralización.
Conclusiones
Estos hallazgos sugieren una posible asociación entre la inducción de IgG4 mediante la vacunación con ARNm y un mayor riesgo de infecciones irruptivas, lo que justifica una mayor investigación de las estrategias de vacunación para garantizar una protección sostenida.
Fuente