Una aparente sinrazón domina el mundo

Una aparente sinrazón domina el mundo. Desde hace casi un año naciones enteras se encuentran sometidas a la pesadilla del confinamiento, los toques de queda y todo tipo de restricciones personales que cercenan los derechos y las libertades fundamentales de sus ciudadanos. La incertidumbre ante la evidencia de un desastre económico sin parangón se manifiesta a través de un aumento astronómico de las tasas de desempleo a escala planetaria, dibujando un escenario de empobrecimiento generalizado que apunta al mayor colapso económico de la historia contemporánea. A esto se añade la desconfianza que ha suscitado una vacuna de imposición obligatoria elaborada en los laboratorios de farmacéuticas como Pfizer, en cuyo consejo de administración encontramos a Susan Desmond-Hellmann, exdirectiva de la Fundación Bill y Mellinda Gates. Resulta controvertido preguntarse porqué Gates apostó por la multinacional farmacéutica Pfizer, acusada y condenada por las muertes y parálisis cerebrales que provocaron sus ensayos clínicos en Nigeria, donde 200 niños fueron usados como cobayas de la vacuna experimental Trovan.

¿Quiénes son los actores principales de este teatro? ¿Qué papel desempeña cada uno de ellos en esta trama? ¿Qué se esconde tras las intenciones aparentemente filantrópicas de magnates como Bill Gates o Soros? ¿Cómo ha podido llegar un integrante de la organización terrorista comunista Frente de Liberación de Tigray (FLPT) a la dirección de la OMS habiendo sido responsable de ocultar tres pandemias de cólera durante su mandato como ministro de sanidad etíope?

Resulta llamativo conocer las excelentes relaciones de especuladores capitalistas como Bill Gates con los líderes del abyecto partido de la dictadura comunista en China. Del mismo modo no parece lógico que el magnate y también accionista de Microsoft George Soros financie al ala más radical de Partido Demócrata amen de múltiples movimientos de la extrema izquierda internacional, implementando los denominados “laboratorios de ideas” o fundaciones Think Tank, organizaciones endogámicas creadoras de tendencias ideológicas que consolidan movimientos hegemónicos en líneas anticapitalistas.

Todas estas francas contracciones han generado movimientos de contestación civil en numerosos países que los gobiernos no han podido contener pese a las medidas represivas y sus grandes esfuerzos por aplacar las corrientes disidentes a través de las autodenominadas “Agencias de verificación“, que a través del International Fact Checking Network financiada también por la Open Society de Soros y la Fundación Bill y Melinda Gates, forman el entramado mundial para la censura y el control de la información.

En el presente trabajo de investigación proponemos al lector  adentrarse en los entresijos de  un complejo conglomerado farmacéutico y mediático dirigido por metacapitalistas convertidos en formidables aliados del comunismo. Sin ir más lejos, en septiembre de 2015, Bill Gates a través de TerraPower, firmó un acuerdo con la Corporación Nacional Nuclear de China para construir un reactor nuclear en Xiapu, un proyecto que finalmente se vio truncado tras la imposición de aranceles a China por parte de la administración Trump.

Se hace imprescindible evidenciar cómo en esta pugna de intereses el sector farmacéutico ha comprado el silencio de los Estados a cambio de sustanciosas recompensas económicas. Dichas inversiones, han sido destinadas a consolidar un lobby farmacéutico cuyos lineamientos parecen sustituir la legalidad internacional por directrices favorables a sus intereses corporativos; todo ello bajo el pretexto de combatir la pandemia. Este trabajo de investigación periodística invita al lector a  establecer las relaciones últimas de este entramado operado a escala global por magnates capitalistas convertidos en filántropos propietarios de la industria farmacéutica con la connivencia de uno de los países más antidemocráticos y oscuros del mundo. Para ello ponemos a disposición del lector una amplia relación de noticias publicadas en medios de comunicación de aparente confianza para las agencias de Fact Checking. Nosotros, periodistas comprometidos con la verdad,  apostamos por un trabajo tan controvertido como necesario, dejando  al criterio del lector las conclusiones últimas que subyacen a esta incomprensible realidad impuesta.  

J.S & I.B