El territorio del norte de Australia impuso la obligación de vacunarse más estricta del mundo. Aquellos trabajadores que tenían contacto con el público y no se habían vacunado antes del 13 de noviembre de 2021, recibirían una multa de 5.000 dólares australianos y no se les permitiría trabajar.
Cuando las “supuestas mal llamadas vacunas” carecen de un consentimiento no coercitivo e informado, son una intrusión injustificada en la autonomía y la integridad corporal. Todos tenemos el derecho fundamental a tomar nuestras propias decisiones de atención médica.