Panorama desolador: pobreza extrema tras las medidas covid

Más de 260 millones de personas adicionales podrían verse sumidas en la pobreza extrema en 2022 como consecuencia de las medias tiránicas impuestas por la COVID-19, el aumento de las desigualdades a nivel global y el incremento desorbitado de los precios de los alimentos, todo ello exacerbado por la guerra en Ucrania, según denuncia Oxfam en un informe publicado el 12 de abril de 2022.

Colas de hambre

El informe Tras la crisis, la catástrofe, publicado con motivo de las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI en Washington DC, apunta a que, para finales de este año, un total de 860 millones de personas podrían vivir en situación de pobreza extrema (con menos de 1,9 dólares al día). Esto también se reflejaría en los niveles de hambre a nivel mundial: el número de personas que padecen desnutrición podría alcanzar los 827 millones este año.

El Banco Mundial había estimado que las medidas tomadas por los gobiernos contra la COVID-19 y el empeoramiento de las desigualdades podrían llevar a la pobreza extrema a 198 millones de personas más a lo largo de 2022, revirtiendo así dos décadas de avances. Basándose en los estudios del Banco Mundial, Oxfam ahora estima que solo el aumento de los precios de los alimentos a nivel mundial sumiría en la pobreza extrema a 65 millones de personas más, alcanzándose un total de 263 millones adicionales este año, lo que equivale a las poblaciones del Reino Unido, Francia, Alemania y España juntas.

Mientras muchas personas tienen dificultades para hacer frente al drástico incremento del coste de vida –teniendo que elegir entre comer o pagar facturas médicas o de gas–, la amenaza de una hambruna masiva se cierne sobre millones de personas que ya de por sí sufren graves niveles de hambre y pobreza en la región de África Oriental, el Sahel, Yemen y Siria.

El informe de Oxfam destaca que numerosos Gobiernos están en riesgo de impago de la deuda, lo que los obliga a reducir de forma drástica las inversiones públicas para poder pagar a los acreedores e importar alimentos y combustible. En 2022, los países más pobres del mundo deberán reembolsar 43 000 millones de dólares de deuda, cantidad que podría sufragar el coste de todas sus importaciones de alimentos. En el mes de febrero, los precios de los alimentos a nivel global marcaron un nuevo récord, superando el alcanzado en la crisis de 2011. Mientras, los gigantes del petróleo y el gas están registrando beneficios récord, algo que se prevé que también suceda en el sector de los alimentos y las bebidas.

Las personas en situación de pobreza son las más perjudicadas por estas crisis. El incremento del precio de los alimentos supone el 17 % del gasto de los consumidores en países ricos, pero este alcanza el 40 % en el África subsahariana. Incluso en las economías ricas, la inflación está exacerbando las desigualdades: en los Estados Unidos, el 20 % más pobre de las familias destina el 27 % de sus ingresos a adquirir alimentos, mientras que el 20 % más rico, tan solo el 7 %.

Informe completo:

https://www.oxfam.org/en/research/first-crisis-then-catastrophe