Andrés, médico en Suecia. “La COVID-19 es una epidemia de PCR,s positivos”

Andrés, estudió medicina en San Petersburgo y después se trasladó a Suecia, donde ejerce la medicina desde el año 2000. Por sus manos pasaron numerosos enfermos de “COVID”, la mayoría ancianos.

Andrés aplicó tratamientos similares a los que había aplicado siempre con los enfermos de gripe: antibióticos (Doxiclina, no es fuerte), corticosterioides y acetilcisteina. Todos sus pacientes sanaron.

En los hospitales funcionaba la dexametasona y similares y particularmente la ivermectina, un medicamento antinflamatorio, antitumoral y antiparasitario.

Su recomendación de “dejar de vacunarse” a una paciente afectada le costó su área de trabajo y actualmente se ve obligado a ejercer como médico en un área alejada de su domicilio. Denuncia las presiones que sufre la comunidad médica que no cumple la norma y la falta de rigor científico (y empírico) detrás de esta supuesta pandemia y la consiguiente campaña de vacunación.

Andrés afirma que lo que ha ocurrido con el COVID-19 ha sido una epidemia de PCRs positivos. Si la sintomatología COVID hubiera sido fiebre por encima de 38, dolor de pecho y dificultad para respirar, el trabajo para médicos hubiera sido fácil, pero lo que se ha hecho, ha sido catalogar cualquier síntoma como COVID-19.

Tal y como se demuestra en numerosos estudio realizados al respecto, los antivirales no funcionan para esta supuesta enfermedad:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33692022/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34719776/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34112621/

Como ha quedado patente, las vacunas tampoco han funcionado en absoluto para impedir contraer la enfermedad ni para aminorar sus síntomas, ya que las personas se siguen contagiando de esta supuesta enfermedad pese a tener las pautas de vacunación completas y siguen falleciendo, como siempre ha sucedido. Andrés afirma que las personas siguen falleciendo a causa de enfermedades respiratorias, independientemente de estar vacunados o no. El problema es que las vacunas tienen efectos adversos asociados y reconocidos (miocarditis, pericarditis…) que también generan enfermedades y muerte.

Actualmente Andrés ayuda  a las familias que han perdido familiares en los hospitales a causa de los protocolos COVID-19 (antivirales, mórficos y entubados).


 

La N-acetilcisteína (abreviado como NAC) es un fármaco con propiedades mucolíticas. Su mecanismo de acción es romper los enlaces de disulfuro tanto de las secreciones mucosas como de las mucopurulentas, logrando que sean menos viscosas (efecto mucolítico). Este efecto se concentra sobre todo en la disminución de la viscosidad de las secreciones bronquiales, haciendo que sea más fácil la posterior expulsión. También activa el epitelio ciliado, favoreciendo la expectoración y es citoprotector del aparato respiratorio. Es precursor de glutatión, normalizando sus niveles.

https://es.wikipedia.org/wiki/Acetilciste%C3%ADna

 

La doxiciclina es un fármaco bacteriostático de espectro amplio, que actúa por inhibición de la síntesis de proteínas y bloquea la unión del ARN de transferencia al complejo ribosómico del ARN mensajero. La unión reversible se produce en la sub-unidad ribosómica 30S de los organismos sensibles. No se inhibe la síntesis de la pared celular bacteriana.

Además, posee una acción antiinflamatoria debido a la inhibición que causa sobre la quiomiotaxis de los neutrófilos polinucleares, implicados en la fase inflamatoria de algunas infecciones

La doxiciclina es un antibiótico del grupo de las tetraciclinas que previene el crecimiento y propagación de las bacterias grampositivas (+) y gramnegativas (−). Se usa en el tratamiento de neumonía.

https://es.wikipedia.org/wiki/Doxiciclina