Introducción El exceso de mortalidad durante la pandemia de COVID-19 ha sido sustancial. Conocer las tasas excesivas de mortalidad en los años posteriores a la declaración de pandemia de la OMS es crucial para que los líderes gubernamentales y los formuladores de políticas evalúen sus políticas de crisis de salud. Este estudio explora el exceso de mortalidad en el mundo occidental desde 2020 hasta 2022.

Métodos Se resumieron los informes de mortalidad por todas las causas de los países utilizando la base de datos ‘Our World in Data’. El exceso de mortalidad se evalúa como una desviación entre el número de muertes reportadas en un país durante una determinada semana o mes entre 2020 y 2022 y el número esperado de muertes en un país para ese período en condiciones normales. Para la línea base de muertes esperadas se utilizó el modelo de estimación de Karlinsky y Kobak. Este modelo utiliza datos históricos de muertes en un país desde 2015 hasta 2019 y tiene en cuenta la variación estacional y las tendencias anuales de la mortalidad.

Resultados El número total de muertes excesivas en 47 países del mundo occidental fue de 3.098.456 desde el 1 de enero de 2020 hasta el 31 de diciembre de 2022. Se documentó un exceso de mortalidad en 41 países (87%) en 2020, 42 países (89%) en 2021 y 43 países (91%) en 2022. En 2020, año del inicio de la pandemia de COVID-19 y de la implementación de medidas de contención, los registros presentan un exceso de muertes de 1.033.122 (P-score 11,4%). En 2021, el año en el que se utilizaron tanto medidas de contención como vacunas COVID-19 para abordar la propagación y la infección del virus, se informó el mayor número de muertes excesivas: 1.256.942 muertes excesivas (puntuación P 13,8%). En 2022, cuando se levantaron la mayoría de las medidas de contención y se continuaron las vacunas contra la COVID-19, los datos preliminares presentan un exceso de 808.392 muertes (P-score 8,8%).

Conclusiones El exceso de mortalidad se ha mantenido elevado en el mundo occidental durante tres años consecutivos, a pesar de la implementación de medidas de contención y vacunas COVID-19. Esto plantea serias preocupaciones. Los líderes gubernamentales y los responsables de la formulación de políticas deben investigar a fondo las causas subyacentes del persistente exceso de mortalidad.