Ni virus de pangolín, ni síndrome asociado: Antivirales y mórficos: Protocolos asesinos.

A PROPÓSITO DE LA PROTEINA SPIKE Y OTRAS GRANDES MENTIRAS QUE NOS CONTARON

Empezamos a ver el infierno vivido como parte del pasado, un pasado que nuestros hijos relatarán a nuestros nietos como una distopía que comenzó con el 2020 y que aún está por acabar. Vemos los últimos coletazos: personas psicóticas con TOC adquirido que jamás volverán a salir a comprar sin bozal y cuartas dosis que unos pocos incautos aterrorizados se inyectarán para terminar de destrozar sus débiles sistemas inmunes.

El resto de las dosis (hasta 10 por ciudadano) acabarán en los contenedores de tóxicos y la deuda adquirida por los gobiernos la heredarán los nietos que escuchen una u otra versión de la historia, la versión oficialista perfectamente elaborada, o nuestra versión revisionista de los hechos.

No es mal momento, pues, para hacer un breve repaso de lo que ha sucedido.

Jamás hubo virus de pangolín y murciélago, ni síndrome asociado. Realmente no hubo nunca nada. Todo empezó con una campaña de shock importada desde la dictadura china comunista y un genocidio posterior en las residencias de ancianos.

El genocidio en residencias se realizó con pánico ante cualquier síntoma de algo: antiretrovirales y medicamentos experimentales (para enfermar) y mórficos (para matar). El resto fue encierro, abandono y desnutrición. Todos estos ancianos asesinados fueron la justificación para exportar las mismas medidas a los hospitales: los mismos protocolos asesinos: Personas con síntomas gripales, o de cualquier otra índole, entraban a un hospital y ya no salían: Fueron víctimas de protocolos asesinos: sacrificados como parte de una campaña premeditada de control poblacional.

Después llegó el terror televisado, necesario para justificar lo injustificable: inocular a la población un fármaco cuya composición declarada era lo suficientemente experimental y dañina para acarrear todo tipo de efectos secundarios previsibles e imprevisibles en los organismos humanos.

Antes de que estos fármacos, mal llamados vacunas, fueran inyectados al 80% de la población europea, equipos disidentes como Biólogos por la Verdad, a la cabeza Almudena Zaragoza, se apresuraron a decir cuáles podrían ser los efectos secundarios de la inoculación de la vacuna y la consecuente interpretación de la proteína Spike en nuestro organismo. Muchos se quedaron atrapados en ese dato y no siguieron la consecuente verificación del relato a la vista de los hechos probados: Los efectos secundarios detectados indicaban que la proteína no se producía. En palabras de Almudena: “La traducción es inviable si nuestras células están detectando estos productos como exógenos“.

Visto que no era la Spike lo que estaría generando los efectos secundarios ( declarados y aceptados oficialmente: desajustes hormonales, trombosis y problemas cardíacos) debíamos saber qué elemento era el generador de esos efectos: El grafeno, un derivado del carbono (negro en estado líquido e inocuo en irrisorias cantidades) quedaba descartado porque, aunque hubiera sido un componente, no generaría nada de lo que dicen: sería sintetizado por nuestro organismo, asimilado o eliminado en 48 horas – por otra parte, tampoco nos conectaría a una red 5G, ni al bluetooth de los móvileseso eran idioteces*… Idioteces con las que los enviados rosacruces y sus esbirros se han enriquecido y la mayor parte de la disidencia se ha intoxicado, pero idioteces desde el punto de vista de la electrónica, la química y la biologia, por muchos papers oficialistas que ni ellos entienden que retuerzan … Sin embargo, algo había…/

Pero yo solo soy una pobre periodista que se salió del redil. Mis conocimientos en biología son recientemente adquiridos y justos para breves explicaciones:  Lo sensato es que los profesionales de la biología, aún con derecho a equivocarse, opinen al respecto de los componentes declarados en las vacunas y cómo, estos mismos componentes oficialmente aceptados, pudieron -y pueden- generar desastres en el sistema inmune con los consecuentes efectos secundarios de las vacunas ya conocidos y aceptados: https://biologosporlaverdad.es/la-gran-mentira-de-la-spike-y-el-fracaso-de-las-terapias-genicas/

 

Leer es bien. I.B.