Inmediata suspensión de la declaración de pandemia por COVID-19 para impedir crímenes de lesa humanidad – PERIODISTAS XLV | Fact-Checking sin conflicto de intereses.

RESUMEN

Esta petición está dirigida a la Corte Penal Internacional, para exigir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la inmediata suspensión de declaración de pandemia.

Podrá ser firmada por ciudadanos de todos los países.

La declaración de pandemia y las medidas que provienen de la Organización Mundial de la Salud, y de los Estados que avalan tal declaración, han generado cientos de miles de muertes directas, debido al tipo de tratamiento o protocolo médico utilizado, y de manera indirecta por la quiebra de la economía mundial, especialmente de los países más pobres. Existen tratamientos efectivos para el COVID-19 que se impiden aplicar, pero además se desinforma y se asumen medidas de guerra, bajo el pretexto de afrontar una pandemia que ha sido más bien creada con fines económicos, políticos, culturales y religiosos.

PARA FIRMARLA INGRESE AL SIGUIENTE LINK

https://www.citizengo.org/es/180888-inmediata-suspension-declaracion-pandemia-por-covid-19-para-impedir-crimenes-lesa-humanidad?utm_source=wa&utm_medium=social&utm_campaign=&utm_content=typage

PROBLEMA, JUSTICACIÓN Y OBJETIVO

Esta declaración tiene el propósito de proteger la vida de toda la población mundial, especialmente de quienes la firmen, frente a la amenaza de contagio y muerte por la pandemia generada por el COVID-19. Inicialmente suscrita por ciudadanos colombianos y puesta a disposición de todos los países.

Tanto médicos y personal de salud necesitan ser protegidos para su ejercicio profesional de manera libre, como de su integridad personal, además que ser apoyados por la población en general, que aprueba la aplicación de diversos tratamientos no convencionales que están siendo efectivos para atender la pandemia.

Muchos médicos y científicos han sido obstaculizados y perseguidos por instituciones prestadoras de servicio de salud en las que laboran, y por medios de comunicación y periodistas, con claro interés de desinformar, debido a la aplicación de tratamientos no institucionalizados para el COVID-19, maniatándolos en su ejercicio profesional y su juramento hipocrático, lo que en últimas constituye violación de derechos fundamentales, como el de la vida, ya que miles de muertes pueden evitarse si se permite el libre ejercicio de la medicina, lo que implica que la responsabilidad jurídica de las muertes por “negligencia médica” recaiga sobre el Estado.

Se puede reconocer que los tratamientos “alternativos” para el COVID-19, constituyen protocolos novedosos frente al fracaso de los lineamientos erróneos y cambiantes de la Organización Mundial de la Salud, en adelante OMS, pese a que el diagnóstico de la enfermedad desde su origen a la fecha de esta declaración cambió radicalmente, de pasar de ser un problema focalizado en el sistema respiratorio a otro focalizado en el sistema circulatorio, bajo las evidencias, del primer enfoque, de agravarse como producto de una neumonía, o desde la perspectiva del segundo enfoque, de agravarse por un cuadro trombótico generalizado, lo que deriva en la utilización de protocolos de atención diferentes, como es el uso de respiradores mecánicos en el primer enfoque y el de oxigenación sanguínea, uso de desinflamatorios, anticoagulantes, antibióticos y fortalecimiento del sistema inmune en el segundo caso. También en el primer enfoque se propone el aislamiento social, que de ninguna forma trata la enfermedad y el agente causal, destruyendo de paso toda la economía, mientras que en el segundo enfoque se combate la enfermedad, que incluye los mecanismo bioquímicos para desactivar o desintegrar el virus en el mismo organismo; por eso, el enfoque oficial para el manejo de la pandemia está basado en evitar el contagio sin actuar curativamente, hasta obtener una vacuna, mientras que el segundo enfoque actúa sobre el agente causal, y con el organismo humano, para lograr la inmunidad colectiva o de rebaño, que se constituye en una vacuna natural frente al COVID-19, ya que el virus puede permanecer un tiempo indeterminado en los conglomerados humanos y transmitirse a otros, pero sería un sin sinsentido no afrontarlo con los conocimientos adquiridos hasta hoy, desde que se declaró la alerta de pandemia.

Se pudiera pensar que se trata de dos “paradigmas” de la atención del COVID-19, aunque este concepto no aplica desde el sentido epistemológico.

DOS ENFOQUES DEL SARS-COV-2 (COVID-19): CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE

ENFOQUE DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD Y GOBIERNOS	ENFOQUE DE MÉDICOS Y CIENTÍFICOS INDEPENDIENTES
Hipótesis de su origen: Virus nuevo y letal; que según relato inicial tuvo origen en ingesta de sopas de murciélagos en Wuhan, China.	Hipótesis de su origen: Mutación de un virus ya estudiado y tratado, probablemente modificado en laboratorio. SARS-CoV-2, es un coronavirus, hermano de la influenza, que se rebautizó como Covid-19, quizá para hacerlo aparecer como nuevo y letal.
Manejo de pacientes para mitigar o neutralizar efectos.	Manejo de factores causales para destruir y combatir el virus, y control de las reacciones bioquímicas naturales.
Complicación y muerte por neumonía avanzada.	Complicación y muerte por cascada de coagulación intravascular; saturación de microcoágulos en los pulmones.
Frente a complicación, atención a una neumonía severa.	Atención a trombosis venosa o arterial, debido a respuesta inflamatoria generalizada que genera microtrombos en los pulmones.
Oxigenación natural y mecánica. Capacidad de oxigenación pulmonar.	Oxigenación natural y uso de sustancias oxigenantes a nivel celular (oxígeno en sangre y respiración celular).
Prohibición o desestimación de uso de antiinflamatorios y anticoagulantes.	Uso adecuado de antigripales, antiinflamatorios y anticoagulantes, incluyendo los naturales.
Proceso viral.	Proceso viral y posibles procesos bacteriano, si se descuida tratamiento oportuno.
Tratamiento intrahospitalario y ninguna propuesta curativa bajo responsabilidad del paciente. No existe tratamiento inmediato con los síntomas. Todo tratamiento recae sobre el sistema de salud.	Propone tratamiento inmediato con los primeros síntomas. Favorece tratamiento en casa, bajo responsabilidad del paciente, asistido por médicos; no recomienda el intrahospitalario, sino para caso extremo.
Ningún tratamiento previo frente a posible contagio. Medidas higiénicas de lavado de manos y desinfección.	Tratamientos previos por posible contagio, como vaporizaciones y enjuagues bucales; dieta para mantener niveles normales de pH (ácido-alcalino). Uso de etnobotánica para subir las defensas orgánicas.
Subestima o niega atención al sistema inmunitario, pese a reconocer población vulnerable, como adultos mayores, y complicaciones con diabetes e hipertensión.	Fortalecimiento del sistema inmunitario, partiendo de evidencias de mortalidad, por edad y antecedentes clínicos.
Aislamiento de sanos y enfermos.	Aislamiento de enfermos.
Espera de una vacuna.	Búsqueda de inmunidad colectiva o de rebaño, sin requerir vacuna.

Fuente. Resumen de Chajín M. 2020.

Como tarde o temprano todos seremos contagiados, es un error huir indefinidamente de éste, o esperar una vacuna, cuando ya la ciencia y la sociedad están combatiendo de manera efectiva el COVID-19, contrario al manejo que se le está dando desde el Estado y las instituciones de salud; así que el segundo enfoque de manejo del virus, aparte de proteger la economía, crea la inmunidad colectiva.

La participación en esta declaración constituye un soporte de la validez de los tratamientos que de aquí se derivan, lo que constituye una defensa de la autonomía personal en el manejo de la salud, soportado en los más elementales derechos humanos, y con esto el consentimiento informado para autorizar sus tratamientos, y la información que requieren las investigaciones científicas asociadas.

Esta declaración está dirigida a todos los Estados y las autoridades de salud en todos los ámbitos territoriales, que incluye el internacional, soportada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, especialmente en los Artículos 3, 6, 8, 13, 18 y 19, para expresar mi opinión de desacuerdo por el manejo que se le está dando en mi ciudad y país a la pandemia por el COVID-19, que viola mi autonomía personal, para hacerme cargo de mi salud, mi seguridad y bienestar, por lo que no reconozco que exista fundamento jurídico y científico que me obligue a limitar mis libertades en el manejo personal y profesional de la enfermedad y limite mi responsabilidad social y ciudadana, para apoyar las soluciones que médicos y científicos están poniendo a disposición de la humanidad.

El concepto mismo de pandemia es inadecuado en el solo hecho de comparar el COVID-19 con la distribución geográfica de enfermedades infecciosas en el mundo y sus índices de mortalidad, por lo que el objetivo general de esta declaración es darla por superada.

Trece hechos incontrovertibles constituyen la base para el reclamo de mis derechos.

HECHOS Y FUNDAMENTOS

No existe según los informes de la OMS tratamiento indicado como curativo para el COVID-19, sólo algunas medidas de prevención basadas en la higiene, y las recomendaciones a los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad, según se lee en la página web de la OMS, del día 21 de junio de 2020, que pone en riesgo mi salud, pues recomienda la asistencia, cuando ha avanzado la enfermedad en niveles peligrosos.
Según la declaración de Helsinki, de la Asociación Mundial de Médicos, Art 25,26, 33 y 37, se puede dar consentimiento informado para participar en investigación médica, con tratamientos no autorizados por las entidades regulatorias de salud, en caso de no haber intervenciones probadas o conocidas con resultados eficaces, que es lo que ocurre actualmente con el COVID-19.
El protocolo intrahospitalario en mi país, prácticamente obliga a las entidades a seguir los lineamientos irresponsables de la OMS, fruto de un diagnóstico erróneo de la enfermedad que se dio desde el brote de Wuhan, y que a pesar de las evidencias científicas aportadas por cientos de autopsias en Italia, después de varios meses, con muchos miles de muertos que han podido evitarse, se insiste en no reconocer la etiología del COVID-19, persistiendo en procedimientos que conducen al deterioro y riesgo de la salud de los pacientes.
La censura y la propaganda negativa que se ha estado haciendo de los tratamientos independientes o “alternativos” que han mostrado ser efectivos para el COVID-19, siendo que la misma OMS y las instituciones gubernamentales de salud afirman que esta enfermedad no tiene cura hasta el momento, mientras que se prepara una vacuna, para favorecer los intereses de la industria farmacéutica, mientras que en este lapso cientos de miles de personas han muerto, constituyendo esta una medida irresponsable, que genera más muertes que las que pudiera evitarse con los tratamientos que la comunidad médica y científica independiente están proponiendo, tratándose de medicamentos y sustancias de venta libre, con decenas de años de uso y sin mayores riesgos en la salud.
Constituye una violación de los derechos del médico obligarlo a realizar un protocolo erróneo para el manejo del COVID-19, y mucho más despedirlo o no defenderlo, cuando por el cumplimiento de su juramento hipocrático decide atender a los pacientes bajo otros protocolos, que considera más efectivos, a cambio de atender los síntomas y realizar la entubación o intubación del paciente que se complica, con pocas oportunidades de supervivencia.
Es evidente que frente a la pandemia se ha presentado de manera deliberada desinformación por parte de la OMS y los gobiernos afines a esta entidad de carácter política y permeada por los intereses de las farmacéuticas, imponiendo medidas que desbordan el cuidado de la salud de la población y constituyen una amenaza a la calidad de vida y a la supervivencia de amplios sectores de la población, cuyo confinamiento equivale a impedir que puedan alimentarse y satisfacer sus necesidades básicas.
Es lamentable que muchos médicos carezcan o hayan perdido el criterio y autonomía para no ahondar en la información y evidencias que están disponibles a nivel mundial sobre la naturaleza o características de la enfermedad causada por SARS-CoV-2. Puede inferirse que la formación profesional, sujeta a protocolos institucionalizados, prevalece sobre la formación disciplinar, y que la educación a la que se han visto sometidos los médicos más jóvenes los despoja del criterio científico y pericial, que era inherente a la formación tradicional del médico, asunto que se pone en evidencia en esta pandemia, cuando se observa que muchos de los médicos que están proponiendo protocolos de manejo diferentes al erróneo de la OMS son por lo regular profesionales mayores de edad.
Desde las anteriores consideraciones esta perspectiva de la pandemia deja de ser un problema de salud en términos biomédicos, para tratarse en uno de carácter sociomédico, cuya explicación se encuentra en la economía, la política y la cultura.
El PCR, que se utiliza para detectar procesos infecciosos e inflamatorios no es una prueba diagnóstica directa o específica para el COVID-19, y por tanto su resultado no puede asociarse al agente causal de la enfermedad, además que su valor aumentado puede deberse a diversidad de factores o variables, que incluyen haberse vacunado previamente para prevenir la influenza. Además, en el caso que las personas resulten positivas, que es lo evidente, en la medida que aumenten el número de pruebas, siendo que estas personas se encuentren asintomáticas, esta condición en vez de ser indicador de las mediadas de alarma y pánico puede ser interpretada como un aumento de la inmunidad colectiva o de rebaño.
Es lamentable el uso inadecuado que hacen algunas instituciones de las estadísticas a nivel mundial y local como una medida de diagnóstico de la pandemia, pues no se tiene en cuenta que el número de muertos totales por COVID-19 debe ser comparado con la estadística de las muertes producidas por muchas otras patologías, incluyendo obviamente las gripes estacionales, que son fácilmente confundidas con el COVID-19, debido a sus síntomas. De esta forma, sería inaudito que el número de muertes por otras patologías disminuyese en cada lugar, como si ahora la mayoría muriese por COVID-19, siendo que incluso las medidas para tratarlo han descuidado la atención de los pacientes que necesitan ser intervenidos por otras causas; por lo tanto, debe considerarse como indicador el número de muertes totales en el mundo, por países, regiones y localidades, discriminando las causas de éstas. Las denuncias públicas que hacen los familiares de personas que ingresan con una patología diferente a esta “pandemia”, y que son registrados como COVID-19, son evidentes en todo el mundo, además que la práctica de la cremación evade verificar cualquier error de diagnóstico.
Valoro los aportes de grupos de científicos y médicos independientes en el análisis y tratamiento de la pandemia, como: María Barrientos, de El Salvador; Enrique Triviño, Raúl Salazar Restrepo, Eduardo Insignares, Iván Reátiga Hernández, José Jaraba Sierra, Yiovanny Andrade de Colombia; Sandro Moncada, Pedro Chávez Zabala, Juan Manuel Lozano y Manuel Aparicio de México; Lorenzo Colque Arias, y Pablo Ruiz, de Perú; Alejandro Unzueta Shriqui, de Bolivia, Chinda Brandolino, de Argentina; Mauricio Quiñones, Carmen sarmiento y Edwin Andrade, de Ecuador; Andreas Kalcker, de Alemania, entre otros.
En el mejor de los casos pudiera decirse que se trata de dos paradigmas de atención médica, en el sentido epistemológico del concepto, cuestión esta que no es válida, pues ya está claro el agente infeccioso que genera la enfermedad y el proceso que lleva a su letalidad, de no ser abordado adecuadamente, por lo que de ninguna manera es aceptable que se impida que decidamos el tratamiento que deseamos recibir y/o que se aplique, pues de no ser así se vulneran derechos fundamentales.
Aporto valiosa información con sus enlaces o links sobre todos los aspectos incluidos en esta declaración, confiando que no sean borrados, como ha estado ocurriendo en diversas redes sociales.
Debe considerarse como una violación de derechos humanos, con consecuencias letales para la salud pública, la sistemática campaña de Facebook y Youtube en el borrado de muchos videos que expresan información contraria a los intereses de la OMS, especialmente los que dan a conocer tratamientos alternativos para el COVID-19.

Por todos los Hechos y Fundamentos expresados:

DETERMINO

Que se ha superado la declaración de pandemia para una enfermedad que ya está siendo controlada en el mundo, por conocimientos y prácticas efectivas en el campo de la salud, por lo que pierde todo argumento, por ineficacia, las medidas que se han tomado por presión de la OMS, no sólo por los perjuicios evidentes en la quiebra de la economía con impacto mundial, que está generando hambre y muerte, sino que también constituye una omisión criminal al impedir u obstaculizar los tratamientos de la enfermedad que han surgido de manera independiente a los Estados y a la OMS. No es arriesgado decir que ha dejado de ser pandemia, para convertirse en un genocidio a escala mundial.

Hago respetar mi derecho a ser atendido bajo los lineamientos de médicos que reconozcan las motivaciones anteriores, por la cual doy consentimiento informado, para el uso de sus tratamientos, en caso de ser requerido por mí; y en caso de no contar con el apoyo de médicos independientes, que me administren el tratamiento “alternativo”, y no el recomendado por la OMS, acudo a la automedicación personal para proteger mi derecho a la salud.

No seré obligado a recibir tratamiento para el COVID-19 sin mi consentimiento, y por tanto decido bajo mi responsabilidad los lineamientos de tratamiento bajo lo estipulado en esta declaración, para el respeto de mi derecho fundamental a la vida, libertad y seguridad, y los derechos complementarios.

Sólo soy responsable por mi propio tratamiento y no por lo que otra persona se aplique bajo su autonomía personal, indicando por escrito mi decisión de ser atendido según los protocolos asociados al numeral once (11) de los Hechos y Fundamentos de esta declaración.

Como persona autónoma, y teniendo en cuenta la información que soporta este documento y las muchas otras fuentes de evidencias y testimonios sobre la aplicación de protocolos independientes al de la OMS, y los utilizados por diversos países, en la que se desconoce la efectividad de las propuestas de médicos y científicos independientes, doy mi consentimiento informado en participar en la investigación y tratamiento simultáneo de alguna de las alternativas propuestas y/o utilizadas por los médicos e investigadores citados en el numeral once (11) de los Hechos y Fundamentos de esta declaración, teniendo en cuenta el desarrollo de la ciencia modo 2, que implica la investigación en el contexto de su aplicación.

Declaro mi solidaridad con todos los profesionales de la salud que he referenciado en el numeral once (11) de los Hechos y Fundamentos de este documento, rechazando tajantemente toda persecución que han emprendido, por vía de los medios de comunicación e instituciones del Estado, que tienen el fin de desprestigiar sus aportes a la humanidad con los tratamientos para el COVID-19.

Estaré dispuesto previo conocimiento de los requerimientos y acciones legales, a participar en las acciones populares (En Colombia, amparada en la Ley 472 de 1998), que dieren lugar en defensa de la vulneración de los derechos de los profesionales de la salud, como de toda persona e institución que incurra en falsedad de la información aportada por los protocolos recomendados, conforme al numeral once (11) de los Hechos y Fundamentos de este documento.

A través de la firma de este documento expreso mi libertad de aportar información, en documento aparte y revisado por los abogados que también lo suscriben, para validar uno o más de los tratamientos propuestos por los profesionales citados en el numeral once (11) de los Hechos y Fundamentos de esta declaración, teniendo en cuenta las evidencias de curación del COVID-19 en mi persona, u otras personas conocidas.

Con la firma de este documento declaro que de manera general hay suficientes evidencias frente a la efectividad de tratamientos que han surgido en grupos y comunidades científicas independientes para tratar el COVID-19, cosa que he podido verificar directa o indirectamente.

En caso de ser hospitalizado por alguna razón, y bajo sospecha o diagnóstico de COVID-19, rechazo el uso de ventilador mecánico, basado en las evidencias de alto riesgo, e igualmente no autorizo que se me aplique una supuesta vacuna curativa frente a la enfermedad, debido a las controversias científicas alrededor de ésta, que no me generan confianza en las circunstancias actuales del manejo institucional de la enfermedad generada por el SARS-CoV-2.

En caso de estar hospitalizado por alguna razón y haya sospecha o prueba de estar afectado por el COVID-19, tengo la libertad de reclamar ser atendido por un médico que me aplique el tratamiento que sugiero, bajo el amparo de la declaración de HELSINKI, por lo que no se le debe impedir atenderme bajo esa condición.

Como persona autónoma, en pleno ejercicio de mis derechos constitucionales, exijo suspender el confinamiento obligatorio, como persona que goza de buen estado de salud y no representa peligro para la salud pública; de igual forma, tengo derecho de comprar y vender productos y servicios y no debo ser obstaculizado a hacerlo, por lo que la economía, las instituciones públicas y privadas deben estar abiertas para todos.

La continuidad del confinamiento constituye una medida innecesaria y contraria a la salud pública, pues no solamente quiebra la economía y esto obviamente repercute en la salud general de la población, sino que la falta de sol, el encierro y el sedentarismo están asociados a muchos factores de riesgo de la salud física y mental, y también debilita el sistema inmune de las personas. Tampoco el confinamiento ha resultado efectivo en la mitigación y control de contagio según las estadísticas disponibles a nivel mundial.

La gripes estacionales es una prueba de la mutabilidad natural de estos virus y sus características es su entropía, o debilitamiento, que aumenta en proporción al ataque que el agente viral recibe del sistema inmunológico de las personas, especialmente de la población infantil y joven; de tal manera que no es coherente el encierro de los niños y adultos, además que no tiene sentido impedir la utilización de las defensas orgánicas, combinadas con los diversos tratamientos que han resultado exitosos, como los expresados por los profesionales que atienden la pandemia, citados en el numeral once (11) de los Hechos y Fundamentos y de esta declaración.

El concepto de indisciplina social para justificar sociológicamente el impacto mortal de la pandemia en la población adulta de países como Italia, España y Francia, comparándolos con el impacto del COVID-19 en países asiáticos, pero desconociendo los indicadores del número de muertos por 100.000 habitantes de otros países, que no impusieron medidas de confinamiento, es una manipulación que ahora se traslada a América Latina, para imponer medidas de guerra como el toque de queda durante días completos, siendo una clara violación de derechos humanos.

Pese a todo el manejo de ingeniería social para imponer un estado de pandemia, muchos ciudadanos hemos podido discernir la trampa y manipulación que se esconde detrás de un virus, que probablemente ha sido creado en laboratorio, como lo han expresado importantes científicos a nivel mundial, por lo que se trata de una situación de guerra bacteriológica y de baja intensidad, para generar cambios sustanciales en el modelo de sociedad previo a la “plandemia”.

Los procesos de institucionalización de la salud, o regulación del Estado, a las prácticas médicas no pueden invalidar los protocolos médicos efectivos y servir para la persecución de las comunidades científicas en su ejercicio ético de la medicina, violando además el acuerdo del Helsinki, y constituyendo acoso científico, como lo corrido con el Doctor Yiovanny Andrade, en el Hospital San Carlos, de Bogotá, bajo el consentimiento informado de los pacientes por COVID-19, y con resultados exitosos; y a pesar de esto, el médico fue destituido, y en una publicación del 5 de abril de 2020 de la Revista Semana, de Colombia, describe lo ocurrido de manera errónea, culminando la redacción con el siguiente comentario:

“Entre tanto, el médico Yiovanny Andrade fue apartado de sus funciones por haber utilizado un producto que no cuenta con la autorización del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) como tratamiento contra la covid-19.

Cabe indicar que el dióxido de cloro es utilizado como blanqueador y descontaminante de superficies industriales, pues se asemeja a la lejía o el cloro.”

Para nada la Revista semana se tomó el trabajo de entrevistar al Doctor Andrade, ni mucho menos averiguar qué es el dióxido de cloro y no confundirlo con un blanqueador y descontaminante de superficies, lo que implica que esa revista bajo esa publicación utiliza el periodismo para desinformar y atacar; pues ya hay suficiente información pública sobre qué es esta molécula.

No contentos con el daño profesional al Doctor Andrade, la Revista hizo un video utilizando los párrafos de arriba y el día 4 de julio de 2020, tres meses después contaba con 532.398 vistas en Youtube. Noticias Uno, también de Colombia, no se quedó atrás en atacar al Doctor Andrade, con un video publicado el 3 de mayo de 2020, donde también lo ridiculiza.

Soy solidario con iniciativas de denuncias penales y acciones jurídicas, nacionales e internacionales en defensa de la vida, contra las instituciones que participan directa o indirectamente en bloquear los protocolos médicos efectivos contra el COVID-19, puesto que se están literalmente matando a las personas, por negligencia médica e imposición de protocolos equivocados en los mismos centros asistenciales, al amparo de la irresponsabilidad y complicidad del Estado.

Propongo que el Estado y especialmente la OMS, como responsables del manejo de la pandemia, sea denunciado y demandado por genocidio, indemnizando a las familias de las personas que murieron bajo la aplicación de su protocolo erróneo, cuando ya se sabía las verdaderas razones de la letalidad del virus, a partir de las cientos de autopsias efectuadas en Italia, y por desestimar las evidencias de efectividad de tratamientos efectivos, como fue el uso del ibuprofeno, o el dióxido de cloro, entre otros medicamentos, para insistir en la utilización de los respiradores mecánicos, cuya letalidad es extremadamente alta, recomendando además la incineración de cadáveres, lo que obviamente equivale a una práctica genocida, similar a las cámaras de gases y hornos de cremación. La sistemática negación de las evidencias de curación, especialmente de pacientes críticos, e incluso persecución de los médicos que difundieron protocolos efectivos es una prueba de comportamiento doloso de la OMS, y los gobiernos que han cooperado con esta organización.

De no suspenderse de inmediato las medidas de confinamiento se justifica la declaración de desobediencia civil, pues se trata de una agresión a la población, especialmente más vulnerable, pues nunca será comparable los recursos que obtuvieron, recibieron o reciben los ciudadanos de países ricos, para paliar las limitaciones de la pandemia, con los que reciben los habitantes de países pobres, que están sufriendo hambre en los sectores populares, empobreciendo además, o acabando con la clase media, y quebrando de muchas empresas al día de hoy, bajo el desconcierto de muchos, que han sido confundidos por la propaganda de terror, propiciada por los Estados y los medios masivos de comunicación, cómplices de esta barbarie, con el fin de neutralizar la defensa de los derechos humanos por parte de las personas.

SOPORTES (ANEXOS)

ART. 3,6,8,13, 18 y 19, DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Art 3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona

Art. 6. Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

Art. 8. Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Art. 13. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

Art. 18. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Art. 19. Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

ART. 25, 26, 36 Y 37 DE LA DECLARACIÓN DE HELSINKI, DE LA ASOCIACIÓN MUNDIAL DE MÉDICOS

La participación de personas capaces de dar su consentimiento informado en la investigación médica debe ser voluntaria. Aunque puede ser apropiado consultar a familiares o líderes de la comunidad, ninguna persona capaz de dar su consentimiento informado debe ser incluida en un estudio, a menos que ella acepte libremente.
En la investigación médica en seres humanos capaces de dar su consentimiento informado, cada participante potencial debe recibir información adecuada acerca de los objetivos, métodos, fuentes de financiamiento, posibles conflictos de intereses, afiliaciones institucionales del investigador, beneficios calculados, riesgos previsibles e incomodidades derivadas del experimento, estipulaciones post estudio y todo otro aspecto pertinente de la investigación. El participante potencial debe ser informado del derecho de participar o no en la investigación y de retirar su consentimiento en cualquier momento, sin exponerse a represalias. Se debe prestar especial atención a las necesidades específicas de información de cada participante potencial, como también a los métodos utilizados para entregar la información.

Después de asegurarse de que el individuo ha comprendido la información, el médico u otra persona calificada apropiadamente debe pedir entonces, preferiblemente por escrito, el consentimiento informado y voluntario de la persona. Si el consentimiento no se puede otorgar por escrito, el proceso para lograrlo debe ser documentado y atestiguado formalmente.

Todas las personas que participan en la investigación médica deben tener la opción de ser informadas sobre los resultados generales del estudio.

Los posibles beneficios, riesgos, costos y eficacia de toda intervención nueva deben ser evaluados mediante su comparación con las mejores intervenciones probadas, excepto en las siguientes circunstancias:

Cuando no existe una intervención probada, el uso de un placebo, o ninguna intervención, es aceptable; o

cuando por razones metodológicas científicamente sólidas y convincentes, sea necesario para determinar la eficacia y la seguridad de una intervención el uso de cualquier intervención menos eficaz que la mejor probada, el uso de un placebo o ninguna intervención.

Los pacientes que reciben cualquier intervención menos eficaz que la mejor probada, el placebo o ninguna intervención, no correrán riesgos adicionales de daño grave o irreversible como consecuencia de no recibir la mejor intervención probada.

Se debe tener muchísimo cuidado para evitar abusar de esta opción.

Cuando en la atención de un paciente las intervenciones probadas no existen u otras intervenciones conocidas han resultado ineficaces, el médico, después de pedir consejo de experto, con el consentimiento informado del paciente o de un representante legal autorizado, puede permitirse usar intervenciones no comprobadas, si, a su juicio, ello da alguna esperanza de salvar la vida, restituir la salud o aliviar el sufrimiento. Tales intervenciones deben ser investigadas posteriormente a fin de evaluar su seguridad y eficacia. En todos los casos, esa información nueva debe ser registrada y, cuando sea oportuno, puesta a disposición del público.

https://www.wma.net/es/policies-post/declaracion-de-helsinki-de-la-amm-principios-eticos-para-las-investigaciones-medicas-en-seres-humanos/#:~:text=Riesgos%2C%20Costos%20y%20Beneficios&text=La%20investigaci%C3%B3n%20m%C3%A9dica%20en%20seres%20humanos%20s%C3%B3lo%20debe%20realizarse%20cuando,17.&text=Los%20riesgos%20deben%20ser%20monitoreados,documentados%20continuamente%20por%20el%20investigador.

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD

https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-coronaviruses

REFERENTES WEB QUE QUIZÁ SEAN QUITADOS, DEBIDO A LA CAMPAÑA DE DESPRESTIGIO Y PERSECUCIÓN EN LAS REDES SOCIALES A FAVOR DEL ESTADO PROFUNDO CREADOR DE LA PLANDEMIA.

En estos enlaces usted encontrará suficientes argumentos para decidir acabar con un plan macabro de exterminio humano, enriquecimiento de élites mundiales y control político de los Estados, a través de la manipulación de la información, el miedo y medidas de violación de derechos humanos. Si usted no está bien informado y si no actúa pronto en defensa de sus derechos, mañana será tarde.

https://www.youtube.com/watch?v=Ijnur1GGPmE

https://www.youtube.com/watch?v=Ar9z_lTT1p4

https://www.youtube.com/watch?v=Bg2rqm2WwZc

https://www.youtube.com/watch?v=Gj7MHoDVp1Q&feature=youtu.be

https://www.youtube.com/watch?v=5n5JcPAA5mU

https://www.larepublica.co/globoeconomia/cientificos-creen-que-mantener-la-cuarentena-ya-no-es-la-medicina-correcta-contra-el-covid-19-3001021

https://www.youtube.com/watch?v=pdL6IXPsNM

https://www.youtube.com/watch?v=8bZ82IFSC6k

https://detenganlavacuna.wordpress.com/2014/10/10/bill-gates-acusado-en-india/amp/

https://lbry.tv/$/embed/Visi%C3%B3n-critica-del-Dr–Wolfgang-Wodarg-sobre-Covid-XVRtsw6r9Js/810a57217971d0013e564487401811b5a6fb015e

https://cienciaysaludnatural.com/la-oms-no-es-confiable/?fbclid=IwAR012VZ5cZXGZi14Atri4wn1XZgkmGpkFNOHXfFDmI2IFqD42MFBeEEKmpg

https://www.youtube.com/watch?time_continue=23&v=czkt0Eod4LM&feature=emb_logo