Tras la declaración de la llamada pandemia en marzo de 2020, la mayoría de los países establecieron el uso generalizado de la mascarilla en toda la población. Sin embargo, nunca había sido probado científicamente que esta medida fuese eficaz para la prevención del contagio de enfermedades respiratorias virales. Por tanto, esta decisión gubernamental se impuso sin un aval científico y sin conocer las posibles consecuencias perjudiciales del uso continuado de la mascarilla en la salud humana.
El objetivo del estudio fisiológico que presentamos en el siguiente artículo es demostrar con rigor científico y técnico los efectos que tiene el uso continuado de la mascarilla en los seres humanos. A través de él hemos demostrado que se produce un desequilibrio fisiológico real y medible consistente en hipoxia e hipercapnia acompañadas de todo un cortejo de síntomas y signos característicos de estas patologías. Estimamos que esto es especialmente grave en el caso de menores de edad, dado que están en pleno desarrollo psicofísico.
Publicamos a continuación el sumario del estudio, redactado en forma de artículo para su divulgación científica. Los resultados completos han sido recopilados en un informe pericial que muestra de forma más amplia y detallada la base técnica, tanto fisiológica como estadística.
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