Antes de esto, solo un país había quedado aislado de SWIFT, Irán, lo que provocó que la nación perdiera un tercio de su comercio exterior.
A la fecha de publicación de este articulo 7 bancos rusos serán excluidos de Swift, el engranaje esencial en términos de procesamiento de transacciones bancarias en todo el mundo, a partir del 12 de marzo. VTB, Bank Otkritie, Novikombank, Promsvyazbank, Rossiya Bank, Sovcombank y VEB son los primeros afectados por las fuertes sanciones económicas impuestas por la Unión Europea al Kremlin tras el conflicto en Ucrania. Se espera que el banco más grande de Rusia escape de la exclusión de Swift. Sberbank y sus 110 millones de clientes tendrían demasiados vínculos sensibles con Europa.
SWIFT es una plataforma de comunicaciones segura utilizada por bancos, mercado de valores y otras instituciones financieras para enviar y recibir información, como instrucciones para transferir dinero al exterior o establecer transacciones de valores.
Desconectar a un país entero de SWIFT se considera la opción nuclear de las sanciones económicas. Pero incluso una acción limitada puede tener un gran impacto. Cualquier banco desconectado de SWIFT tendrá muchas dificultades para enviar dinero a otras instituciones financieras, y sus clientes tendrán dificultades para realizar sus negocios.
Necesidad de unos estándares en las comunicaciones interbancarias
El incremento notable de los movimientos de fondos en el mercado internacional viene propiciado desde hace bastantes años por diferentes organismos supranacionales, como la International Chamber de Commerce (ICC), United Nations Commission on International Trade Law ( UNCITRAL), así como asociaciones bancarias de tipo regional y sociedades cooperativas como el SWIFT, y numerosos bancos centrales, con la pretensión unánime de alcanzar convenios que permitan utilizar normas uniformes de procedimientos en la tramitación y ejecución de las transferencias de fondos, bien en el ámbito de las transacciones interbancarias, bien de las dirigidas u ordenadas por la clientela de las entidades bancarias, tanto por transacciones comerciales y financieras de índole empresarial como por decisiones de la clientela personal ,sean de colocación o retirada de fondos como para ordenar pagos transfronterizos con ocasión de desplazamientos.
Sistema SWIFT
La Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT) es esencialmente un sistema de mensajería seguro que conecta a más de 11 000 instituciones financieras en más de 200 países y territorios, y garantiza pagos transfronterizos rápidos.
El sistema SWIFT se ha convertido en el estándar de la industria para la sintaxis de los mensajes financieros. Los mensajes formateados según los estándares SWIFT pueden leerse y procesarse mediante muchos sistemas de procesamiento financiero conocidos, ya sea que el mensaje haya viajado o no a través de la red SWIFT. SWIFT coopera con organizaciones internacionales para definir estándares para el formato y el contenido de los mensajes.
Para las transferencias de dinero, SWIFT asigna a cada organización financiera participante un código único de ocho u once caracteres. El código tiene tres nombres intercambiables: código de identificación bancaria (BIC), código SWIFT, ID SWIFT o código ISO 9362.8.
Cooperativa de ámbito supranacional
Aparte del sistema descrito, SWIFT son las siglas de la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales (del inglés: Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) que es una organización a cargo de la red internacional de comunicaciones financieras entre bancos y otras entidades financieras que da nombre al propio sistema SWIFT.
La sociedad tiene forma de cooperativa de derecho belga, y es propiedad de unos 3.500 miembros (todas instituciones financieras) como socios accionistas. No obstante, la supervisión de SWIFT recae sobre un consejo formado por los bancos centrales de Bélgica, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Italia, Japón, Suiza, Suecia, así como el Banco Central Europeo
Fundada en Bruselas, Bélgica, en 1973, bajo el liderazgo de su primer director general, Carl Reuterskiöld (1973-1983) y el respaldo de 239 bancos en 15 países. Ayudó a establecer un estándar en común para las transacciones financieras, así como un sistema de procesamiento de datos compartidos y una red de telecomunicaciones a nivel mundial.
El poder del SWIFT en una guerra económica
Si bien algunos funcionarios y analistas han llamado a SWIFT la opción “nuclear”, es una exageración. A Rusia aún se le permitiría realizar transacciones internacionales a través de otras plataformas de comunicación, aunque menos efectivas.
Eliminar SWIFT del sistema bancario ruso, sin hacer nada más, esencialmente es forzarlo a usar competidores de SWIFT. No es una prohibición de las transacciones, simplemente resultará más complejo realizar transacciones y más difícil para las personas obtener esas transacciones.
Desde 2014, Rusia ha estado fortaleciendo sus defensas contra la amenaza de mayores sanciones estadounidenses. Además de desarrollar una alternativa SWIFT, así como una alternativa de procesamiento de pagos a Visa y Mastercard, el gobierno ruso ha mantenido un control estricto sobre el gasto, incluso registrando superávits presupuestarios, una rareza en las democracias occidentales. Sin embargo, se espera que casi el 70% de la red bancaria rusa sea prohibida en Swift, lo que podría conducir a un éxodo masivo de capitales.
Como reflexión, en términos de política económica, podríamos decir que todo esto comenzó con una guerra comercial, ahora se ha empezado un enfrentamiento militar, pero realmente lo que subyace son intereses geopolíticos. Tenemos por un lado el sistema financiero occidental que se está cayendo: nivel de endeudamiento global que no se puede parar, con unos bancos centrales que lo único que saben es imprimir dinero. Luego tenemos unos estados occidentales que tienen unos gastos mayores que los ingresos, y déficit permanente. El sistema occidental ve que la hegemonía de Estados Unidos se está desmoronando. China y Rusia lo saben perfectamente, y quieren crear un sistema financiero alternativo cuyo paso intermedio es derribar al dólar. Al final los ciudadanos estamos siendo distraídos con un juego de guerra en los que somos simples peones, y en el que independientemente del ganador de esta guerra, los beneficiados son siempre los mismos.