El diario de Ana Frank y la Lista de Schindler
Entre 1956 y 1958 se celebró un pleito por algunos derechos de autor de la obra “El diario de Ana Frank” que enfrentó al conocido escritor judío norteamericano Meyer Levin y a Otto Frank.
Meyer Levin ganó el juicio y Otto Frank fue condenado a abonar una indemnización de 50.000 dólares por “fraude, violación de contrato y uso ilícito de ideas”. Todo lo referente al caso Levin-Frank está archivado en la Oficina del Condado de Nueva York (N. Y. Country Clerk’s Office) con el número 2241-1956 y también en el New York Supplement II, Serie 170, y 5 II Serie 181.
Con esta sentencia, el juez -judío- dicta que al menos partes de la autoría del Diario corresponden a Meyer Levin. En concreto, el delito de “fraude” que aparece en la sentencia contra Otto Frank se origina por “implantar” dentro del diario, los diálogos tal cual fueron proporcionados por el escritor Levin, como si fueran obra de la difunta hija Ana Frank.
En 1960 se encarga a la famosa grafóloga y perito calígrafo Minna Becker un estudio pericial, en el que determina que todo el texto, incluidas las anotaciones, fueron hechas por una misma persona.
A partir de aquí, las cosas se empiezan a complicar. En un estudio posterior realizado veinte años después, donde se analizaron las tintas y el papel utilizado en el diario, se descubrió que algunas de las anotaciones fueron realizadas con tinta de bolígrafo -inventado en 1949 y cuya aparición en el mercado data como temprano de 1951- algo imposible al haber fallecido Anne Frank de tifus en 1945.
Las leyes europeas prevén que una obra pasa a formar parte del patrimonio público 70 años después de la muerte de su autor. Anna Frank murió en 1945, así que su diario iba a pasar a liberarse el 1 de enero de 2016. Pero la fundación suiza que gestiona los derechos del libro (y cobra por ello) ideó una treta legal para impedirlo. De esta forma, a partir de 2016, Otto Frank, padre de Ana, paso a ser co-autor del diario de Ana Frank. Por lo que finalmente la Fundación Ana Frank reconoció que el padre de Ana fue el autor de la novela.
Sobre la obra cinematográfica de referencia “La Lista de Schindler” está basada en una novela de ficción histórica llamada “El arca de Schindler”.
Oskar Schindler fue un personaje real pero los guiones de la novela y la película pertenecen a la ficción. La realidad es que, Schindler, era un empresario que empleaba a unos 1750 trabajadores, de los cuales unos mil eran judíos. Su gran hazaña fue convencer al Hauptsturmführer —capitán— de las SS Amon Göth para que le permitiera trasladar su factoría a Brünnlitz, junto con sus 1200 de sus empleados judíos. La motivación principal de Schindler era mantener su empresa y a sus empleados para seguir generando ingresos.
El diario de Ana Frank
Contexto y muerte de Ana
Desde 1952, en que fue editada por vez primera en París se han hecho más de cincuenta ediciones en todos los idiomas importantes, contabilizando hasta la fecha más de 25 millones de ejemplares vendidos, muchos de ellos a la fuerza como lectura obligatoria para los escolares de todo el mundo.
Pretende ser el verdadero diario íntimo de una niña judía de Amsterdam, de 12 años de edad, escrito durante la ocupación alemana, mientras permanecía escondida con su familia en los fondos de una casa; posteriormente fueron arrestados (4 de Agosto de 1944) y trasladados a campos de concentración, donde Anne Frank falleció a los 14 años de edad, en Marzo de 1945, víctima de una epidemia de tifus que se extendió en la zona.
Señalemos aquí que la detención de los Frank la llevó a cabo la policía holandesa (Policía Verde) y que Anne fue trasladada primeramente al campo de tránsito para deportados judíos de Westerbork (Holanda), posteriormente, el 2 de Septiembre de 1944, al campo de trabajo de Auschwitz-Birkenau y en Diciembre del mismo año a Bergen-Belsen, , donde el fin de la guerra y el caos inherente producido por los bombardeos aliados sobre ciudades y los medios de comunicación y avituallamiento llevarían al hambre y el tifus.
Por su parte, Otto Frank fue hospitalizado en Auschwitz para ser curado de sus dolencias. Resulta en cualquier caso sorprendente este interés de los alemanes para que los teóricamente destinados a la cámara de gas entraran en ella gozando de salud.
Terminada la guerra Otto vuelve a Amsterdam donde, según la versión actual, Miep Gies le entrega los originales del diario que encontró escondidos en la buhardilla de la casa de atrás.
Otto Frank consigue a través de la editorial Contact (Ámsterdam, Países Bajos) la primera edición comercial en 1947. Tres años después, en 1950 aparece la edición francesa, sigue una alemana (también en 1950). En 1952 se publica el libro en su versión en inglés, una edición para Gran Bretaña y otra para Estados Unidos (1952). En los siguientes años se incrementan las ediciones. El diario de Ana Frank está ahora disponible en más de 70 idiomas. Es lectura obligatoria en las escuelas de medio mundo. Ha vendido más de 30 millones de ejemplares.
El pleito sobre los derechos de autor del diario y la autoría de Meyer Levin
Entre 1956 y 1958 se celebró un pleito por algunos derechos de autor de la obra “El diario de Ana Frank” que enfrentó al conocido escritor judío norteamericano Meyer Levin y a Otto Frank.
Meyer Levin ganó el juicio y Otto Frank fue condenado a abonar una indemnización de 50.000 dólares por “fraude, violación de contrato y uso ilícito de ideas”. Todo lo referente al caso Levin-Frank está archivado en la Oficina del Condado de Nueva York (N. Y. Country Clerk’s Office) con el número 2241-1956 y también en el New York Supplement II, Serie 170, y 5 II Serie 181.
Con esta sentencia, el juez -judío- dicta que al menos partes de la autoría del Diario corresponden a Meyer Levin. En concreto, el delito de “fraude” que aparece en la sentencia contra Otto Frank se origina por “implantar” dentro del diario, los diálogos tal cual fueron proporcionados por el escritor Levin, como si fueran obra de la difunta hija Ana Frank.
El pequeño diario escondido
En su prólogo, George Stevens, afirma “que del pequeño diario sólo Anne tenía conocimiento”. Aquí surge un problema, ¿cómo es que un libro que, según las ediciones, tiene unas 230, 240 ó 290 páginas, puede ser incluido en un diario pequeño que podía ser escondido detrás de unas libretas de apuntes del colegio?. A pesar de hallarse en un desván relativamente pequeño, ninguno de los acompañantes la vio escribir, lo cual no deja de ser difícil, teniendo en cuenta que se trataba de un escrito voluminoso.
La tinta de bolígrafo en el diario
En 1960 se encarga a la famosa grafóloga y perito calígrafo Minna Becker un estudio pericial, en el que determina que todo el texto, incluidas las anotaciones, fueron hechas por una misma persona.
A partir de aquí, las cosas se empiezan a complicar. En un estudio posterior realizado veinte años después, donde se analizaron las tintas y el papel utilizado en el diario, se descubrió que algunas de las anotaciones fueron realizadas con tinta de bolígrafo -inventado en 1949 y cuya aparición en el mercado data como temprano de 1951- algo imposible al haber fallecido Anne Frank de tifus en 1945.
Estos hechos aparecieron en el “New York Post” del 9 de Octubre de 1980: Las correcciones, comentarios y añadidos en las hojas de parte del manuscrito fueron hechas en tinta azul, negra, roja, a lápiz y en BOLIGRAFO de tinta negra, verde y azul. Como comentarios y texto principal son de una misma mano, recordémoslo, el libro fue escrito por alguien después de la guerra o cuando menos lo finalizó pasada la contienda. El original consta de tres libretas encuadernadas y 324 páginas sueltas.
Diferencias abrumadoras entre la caligrafía de Ana y el Diario
Si se compara la escritura de Ana Frank que aparece en multitud de cartas y tarjetas que remitió a lo largo del tiempo a familiares que vivían en Suiza, todas indubitadas y expuestas por la propia “Fundación Anne Frank”, podemos apreciar serias diferencias que no se pueden achacar a una evolución normal en una niña de esta edad:
En las imágenes superiores, el primer texto corresponde a una carta remitida a su abuela y la segunda al propio “Diario”. La diferencia de tiempo es de un año, y sin embargo, como se puede apreciar, las disparidades gráficas enormes.
La primera es más propia de una niña de 12 ó 13 años, mientras que el nivel de forma de la segunda es súmamente más avanzada, más típica de una persona de edad adulta. Es imposible un grado de evolución semejante en tan poco tiempo.
La Fundación Ana Frank reconoce que el padre fue el autor de la novela
Las leyes europeas prevén que una obra pasa a formar parte del patrimonio público 70 años después de la muerte de su autor. Anna Frank murió en 1945, así que su diario iba a pasar a liberarse el 1 de enero de 2016. A la fundación suiza que gestiona los derechos del libro (y cobra por ello) no le ha gustado esto, así que han encontrado una treta legal para impedirlo.
Esa treta ha sido nombrar a Otto Frank, padre de Ana, co-autor del diario. Hasta ahora, Otto Frank era solo el editor del libro, la persona encargada de recopilar y publicar los trabajos de su hija. Según la fundación con sede en Basilea, Suiza, el trabajo de Otto Frank a la hora de editar los diarios le hacen merecedor del título de autor, algo que no se había reclamado nunca antes y que resulta muy conveniente para la Fundación. Otto Frank murió en 1980, así que nombrarlo coautor asegura retener los derechos sobre el libro en territorio europeo hasta 2050. El problema no afecta a Estados Unidos, donde los derechos sobre el libro expiran en 2047, 95 años después de su primera publicación.
Esta fundación con sede en Suiza, que es la propietaria actual de los derechos de edición de los diarios, reclama que el padre de Ana Frank, Otto Frank, es coautor de estos escritos, por lo que los derechos de autor no expirarían en 2016, informó hoy el periódico neerlandés Volkskrant.
https://www.annefrank.org/es/sobre-nosotros/investigacion/ | http://grafo-logico.blogspot.com/2010/01/la-autenticidad-o-falsedad-del-diario.html | http://revisionismo.com.ar/diario_de_ana_frank.htm | https://amnoticias.com.ar/2017/09/14/la-fundacion-ana-frank-reconoce-finalmente-que-el-padre-fue-el-autor-de-la-novela/
La Lista de Schindler
Esta obra cinematográfica de referencia está basada en una novela de ficción histórica llamada “El arca de Schindler”.
Oskar Schindler fue un personaje real pero los guiones de la novela y la película pertenecen a la ficción. La realidad es que, Schindler, era un empresario que empleaba a unos 1750 trabajadores, de los cuales unos mil eran judíos. Su gran hazaña fue convencer al Hauptsturmführer —capitán— de las SS Amon Göth para que le permitiera trasladar su factoría a Brünnlitz, junto con sus 1200 de sus empleados judíos. La motivación principal de Schindler era mantener su empresa y a sus empleados para seguir generando ingresos.
Schindler se mudó a Alemania tras la guerra y tuvo apoyo económico de organizaciones judías. Después de recibir un reembolso parcial por sus gastos durante el conflicto, se trasladó a Argentina con su esposa y se dedicó a la cría de animales. En 1958 entró en bancarrota y regresó a Alemania, donde sobrevivió gracias al apoyo financiero de los llamados Schindlerjuden, «Judíos de Schindler». Fue nombrado Justo entre las Naciones por el gobierno de Israel en 1963. Oskar Schindler falleció en Hildesheim el 9 de octubre de 1974 y fue enterrado en el Monte Sion de Jerusalén.
Esta es la historia real de el empresario Oskar Schindler, y tanto la novela, como la película pertenecen al género de la ficción histórica, tal y como indica la propia Wikipedia: